El ambiente está caldeado luego del intento de magnicidio contra el expresidente Donald Trump; esta situación ofusca no solo el clima electoral, sino también los desencuentros, malentendidos y confusiones de última hora. Me refiero al discurso del expresidente estadounidense y candidato presidencial republicano de 2024, Donald Trump, pronunciado en el Foro Fiserv en Milwauke, Wisconsin, durante el último día de la Convención Nacional Republicana, el jueves 18 de julio de 2024.
El candidato republicano a la presidencia estadounidense, Donald Trump, aseguró ahí que el crimen en Venezuela y El Salvador está cayendo no por obra de sus gobernantes, sino porque están enviando a los criminales a Estados Unidos. En un fuerte discurso contra la migración irregular, Trump aseguró ante la Convención Nacional Republicana que en El Salvador —donde el presidente Nayib Bukele libra una guerra contra las pandillas— y en Venezuela la criminalidad caía «porque están enviando a sus asesinos a Estados Unidos de América». Al respecto, hay al parecer una equivocación de geografías y de cifras, como si hubiese habido un error de parte del encargado del teleprónter de Donald Trump que puso a Venezuela como El Salvador y a El Salvador como Venezuela en el discurso de Trump. O sea, en el error Trump literalmente dijo que el Gobierno de Maduro había reducido el crimen en 72 %, cuando tenía que decir El Salvador.
Hay una abismal diferencia entre el combate a las pandillas y al crimen que desarrolla eficientemente el Gobierno de El Salvador a través del Plan Control Territorial (PCT) y el desarrollado por el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, donde las cifras son totalmente desfavorables. Y por otro lado, la tasa migratoria de El Salvador hacia Estados Unidos se ha reducido considerablemente en los últimos años al grado de que el Departamento de Seguridad Nacional detalló que El Salvador se mantiene con el porcentaje significativamente más bajo de personas que migran de forma irregular en comparación con el resto de los países de la región y México.
La baja en la cifra de salvadoreños que han intentado emigrar a Estados Unidos es el resultado del trabajo articulado que mantienen las instituciones del Gobierno del presidente Nayib Bukele para dar respuesta a las necesidades de la población y que esta se sienta satisfecha de residir en el país. De acuerdo con las estadísticas del Departamento de Seguridad Nacional del país norteamericano, solo el 5.7 % de las detenciones en las fronteras procede de El Salvador, mientras que el 16.7 % proviene de Guatemala; además, el 18.7 % de los detenidos son de Honduras. El 38.6 % proviene de México. El otro 20 % de las detenciones en las fronteras estadounidenses proviene de otros países. Por el contrario, de Venezuela hasta el momento han salido huyendo del régimen dictatorial de Nicolás Maduro 8.9 millones de venezolanos, fundamentalmente a Estados Unidos, Canadá y España.
Como bien lo expresó el presidente Bukele en su comentario refiriéndose al discurso de Trump: «Taking the high road» o «Tomando el camino correcto» es quizá la más exacta respuesta a los señalamientos hechos. Por otro lado, la secretaria de Salvadoreños en el Exterior de Nuevas Ideas, Wendy Clavijo, afirmó que los asesinos de las maras y las pandillas en El Salvador son enviados al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), y no a Estados Unidos. Usuarios de Estados Unidos residentes en El Salvador reaccionaron al respecto, como Francesco Barbati, quien agrega en X: «Esto es una tontería total. Vivo en El Salvador la mayor parte del tiempo y estoy seguro de que algunas personas malas escaparon, y probablemente muchas terminaron en Los Ángeles, etc. Pero Bukele definitivamente no enviará a criminales violentos a Estados Unidos. El peor país para la exportación del crimen es Venezuela (Tren de Aragua) debido a problemas económicos perpetrados por la izquierda radical y exacerbados por la descarada política exterior de Estados Unidos… Trump tiene razón en que algunos países están exportando a criminales no deseados a Estados Unidos, sin duda, con la ayuda e instigación de ONG estadounidenses y el dinero de impuestos estadounidenses. A pesar de esta admisión, El Salvador no es uno de esos países y Trump está equivocado».
La atinada y cordial respuesta de Bukele, «Taking the high road», es una forma de responder a alguien que ha dicho algo incorrecto y no quieres tomar represalias o contestar de la misma forma. Además, las cifras están descontextualizadas. Si bien es cierto que son ellos los que cometieron el error, los que tienen que corregirlo, no es menos cierto que nos asiste el derecho a defender los logros en materia de seguridad de este Gobierno.