Juan José Flores Méndez tiene una discapacidad en una de las piernas desde los 11 años, a raíz de un accidente de tránsito que sufrió en el centro de Pasaquina, La Unión, cuando se dedicaba a vender refrescos en los autobuses de ese municipio.
Méndez recuerda que, por bajar rápidamente de la unidad de transporte, resbaló y se cayó. Por eso una de sus piernas quedó debajo de las llantas traseras, las cuales le pasaron encima y le cercenaron las extremidades.
Desde aquel día, la vida ya no fue igual para este hombre, quien a pesar de la discapacidad siempre ha buscado salir adelante y ahora se dedica a hacer diferentes trabajos en un taller de soldadura en Pasaquina.
A mediados de mayo pasado y en plena pandemia, a José el destino le volvió a jugar otra mala pasada. Esta vez debido a las lluvias, su vivienda colapsó y se quedó sin un lugar donde habitar, por lo que tuvo que buscar refugio con familiares, donde ha permanecido junto con sus hijos los últimos meses.
Durante una visita del titular de Obras Públicas, Romeo Herrera, al proyecto de construcción del complejo fronterizo en El Amatillo, parte del equipo de esa cartera de Estado se percató de la discapacidad de José, pero a pesar de eso él es una de las personas que trabajaba con dedicación en el proyecto.
«Allí se me acercaron y me ofrecieron ayuda para poderme brindar una prótesis para mi pierna. Pero yo les dije que no, porque ya había probado con una y se me hace más difícil para trabajar. Y les pedí que mejor me ayudaran a construir mi casita que se me había caído, y allí me tomaron los datos», cuenta el ciudadano pasaquinense.
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Pasados unos días, el equipo de gobierno se volvió a comunicar con él y le plantearon nuevamente la posibilidad de facilitarle una prótesis para su pierna, pero él desistió y volvió a solicitar apoyo para construir su casa. Semanas después, llegó un equipo técnico para la inspección.
El Ministerio de Vivienda inició los trabajos para la construcción de la vivienda de este hombre con discapacidad, quien asegura que sus esperanzas de volver a tener un techo para resguardar a su familia se habían agotado, pero ahora ha comenzado a ver hecha realidad la promesa.
«Mi casa era de adobe y ahora me la van a construir con bloque, y va a tener dos cuartos, una sala y su cocina. Esto me hace sentir muy bien», afirmó Flores Méndez.