De acuerdo con registros del Organismo de Investigación Judicial, OIJ, este año se contabilizan 22 cuerpos calcinados, 15 estaban maniatados, 5 se hallaban envueltos, 3 amordazados, 2 decapitados y 1 descuartizado.
Lo anterior es solo parte de la nueva realidad de Costa Rica, país que cerrará su peor año en materia de seguridad y sin avistar un rumbo para frenar la ola criminal en el siguiente año.
Cuando aún quedan cuatro días para cerrar 2023, las autoridades del OIJ han confirmado que ya se llegó a los 900 homicidios, cifra que muy superior a los 656 del año anterior.
«Los homicidios no se detienen ni siquiera en la época navideña, pues a los gatilleros cuando van tras su objetivo no les importa raza, nacionalidad, sexo ni edad. Por esa razón este año Costa Rica ocupa un lugar entre los países más violentos», público este miércoles el «Diario Extra».
Según las proyecciones de las autoridades, el año cerraría entre 907 y 915 homicidios dolosos. La capital San José es donde más se han cometido asesinatos: 217.
Según el reporte de ese periódico, «Este año acabará como el más violento en la historia del país, pues los constantes ataques con arma blanca o arma de fuego se volvieron pan de cada día».
Mientras en las calles el crimen impera, ni el Congreso ni el Gobierno ha logrado tomar medidas adecuadas, que son demandadas por los empresarios, quienes a su vez ya advierten que uno de los principales rubros de la economía tica, el turismo, empezará a ser golpeado a todo nivel.