La guerra contra las pandillas ha sido muy eficaz. El Plan Control Territorial, en combinación con las medidas extraordinarias del régimen de excepción, ha permitido enviar a prisión a más de 50,500 pandilleros y colaboradores de esas estructuras criminales.
Con ello, la delincuencia ha registrado significativos descensos. El Salvador abandonó las listas de los países más violentos del mundo para convertirse en un modelo que otras naciones quieren emular, como demostró la reciente reunión del fiscal general de Colombia con el fiscal general de El Salvador para compartir experiencias en el combate a las pandillas.
De hecho, en estos momentos el promedio diario de homicidios en agosto es de 0.46. Es un éxito, se mire por donde se mire. El 26 de agosto de 2015, en el año más infame del Gobierno del prófugo efemelenista Salvador Sánchez Cerén, el promedio de asesinatos fue de 29.61. En ese año, el país sufrió la muerte violenta de 6,650 ciudadanos, lo que dio un promedio diario de 18 homicidios. En el Gobierno del presidente Nayib Bukele, en cambio, van más de 180 días en los que no se han reportado asesinatos. Con Sánchez Cerén, nacionalizado nicaragüense para huir de la justicia por sus actos de corrupción, no hubo un solo día en el que no hubiera homicidios.
Esta diferencia abismal se debe a la implementación de estrategias de seguridad efectivas. Ahora sí hay un combate real en contra de las maras. Sus cabecillas han sido detenidos, están presos y no se permitirá que salgan fácilmente de la cárcel, como sí sucedió en los gobiernos de ARENA-FMLN, en donde por cualquier tecnicismo se liberaba a peligrosos criminales que regresaban a las comunidades a sembrar terror y a segar vidas.
En los 20 años previos a la llegada del presidente Bukele al poder, el país lamentó la muerte de 70,000 personas. Desde 2019, con la entrada en vigor del Plan Control Territorial, el descenso en los homicidios ha sido una constante. En 2020, por ejemplo, la reducción fue de 50 %. En el año siguiente la reducción fue de 15 % respecto a 2020 y convirtió a 2021 en el año más seguro de la historia de El Salvador. Y este año las cifras son más alentadoras.
Si la tendencia continúa este año, 2022 podría encabezar la lista de los años más seguros del país e incluso agosto podría superar a julio como el más seguro en 200 años de historia nacional.