Interesa conocer cuál es el máximo crecimiento de la economía salvadoreña que puede obtenerse durante 2023 y 2024; para ello se utiliza la teoría del crecimiento económico potencial, en principio utilizando el supuesto de que no han existido cambios estructurales significativos en la economía salvadoreña; es decir, que los empresarios y el Estado continúan utilizando los recursos (tierra, trabajo, capital y tecnología) en la misma cuantía y de la misma forma, como en el período en que se obtuvo estadísticamente este indicador económico; esto es que no han cambiado las variables que utilizan los empresarios y el Gobierno para tomar la decisión de cuánto producir, como los precios de las mercaderías, pero también los fenómenos sociales (guerras, etcétera) y naturales (epidemias, terremotos, cambio climático, etcétera).
Hace aproximadamente tres años, en 2020, Luis Adalberto Aquino Cardona, investigador del Banco Central de Reserva de nuestro país, escribió el informe de investigación publicado por dicho banco titulado «PIB potencial y ciclo económico de El Salvador», cuya primera conclusión es que el crecimiento potencial de El Salvador, para los cinco años posteriores al período investigado (1999/2019), estaría entre 2.11 % y 2.28 %.
Así también, identificó el tiempo de duración del ciclo económico (movimiento de expansión y contracción de la economía, similar a las palpitaciones del corazón), en el mismo período de análisis: un ciclo de 13 años de duración (1993/2005), cuya etapa de expansión fue de ocho años (1993/2000) y la de contracción, de cinco años (2001/2005); luego un ciclo de seis años de duración (2006/2011), con una expansión de tres años (2006/2008) y de contracción también de tres años (2009/2011); así como el inicio de un ciclo con una fase expansiva de ocho años (2012/2019). Si extrapolamos este comportamiento de la economía nos mostraría que en el período 2000/2023 se habría presentado la fase de contracción del ciclo económico, de aproximadamente cuatro años de duración.
En la realidad, la pandemia de la COVID (la cual continúa afectando levemente la economía) vino a profundizar la contracción, que de todas maneras se hubiera presentado en la economía nacional. Esta gran disminución de la producción fue en parte compensada por la política de control sanitario y vacunación y por la política de reapertura de la economía. A esto había que agregar el impacto negativo de la guerra en Ucrania que se está expresando en la forma de aumento de costos y precios de las mercancías.
Si se extrapolan los resultados de la investigación de Aquino Córdova, se esperaría que en los próximos cinco años la tasa de crecimiento de la economía se eleve por encima del crecimiento potencial (2.2 %) hasta un 3.5 % en 2024, durante la etapa de expansión del ciclo económico. Esto es posible si se consigue parar el crecimiento de los precios, si no se complica la guerra en Ucrania y se controla efectivamente la pandemia a escala mundial.
Independientemente del comportamiento automático de la economía salvadoreña, la reactivación económica puede iniciarse si el Gobierno logra solucionar el problema del pago de la deuda externa vencida y lograr que los mercados financieros le proporcionen el crédito necesario. De esta manera podrá invertir en formación profesional y mejoras tecnológicas que incrementen la productividad de los trabajadores, especialmente en la agricultura y la industria.
Para que tenga éxito la reactivación económica del país es necesario que se apruebe una reforma fiscal, necesaria para impulsar el desarrollo económico y compensar la excesiva desigualdad en la distribución del ingreso y de la riqueza.