En el inicio de un nuevo año, luego de finalizar un 2020 que sacudió y cambió la realidad de todo el planeta, nos enfrentamos ahora a uno de los desafíos más grandes: aceptar el distanciamiento social como una medida de seguridad para evitar el contagio de la COVID-19 y como un requisito primordial para el mantenimiento de una buena salud, especialmente de las poblaciones más vulnerables a esta enfermedad, como son las personas mayores de 60 años.
El distanciamiento social pone en riesgo a la persona a que pueda sufrir de depresión, frustración y ansiedad; por ello, es importante que las familias pongan especial cuidado a la atención que deben brindar en estos tiempos de pandemia a sus abuelas, abuelos, padres, madres, tíos, tías u otros familiares en edad avanzada.
Comparto con ustedes a continuación una serie de recomendaciones para que puedan ponerlas en práctica y ayudar de esta manera a salvaguardad la vida de las personas mayores.
Cambiemos los abrazos por palabras reconfortantes. Sabemos que esta es una de las máximas expresiones de cariño. Por medio de un abrazo llenamos de paz y afecto a la persona que lo recibe; sin embargo, podemos expresar nuestros sentimientos con una mirada, con un gesto o una palabra reconfortante.
Celebración de cumpleaños u otras fechas importantes en ambientes controlados. Lo ideal es que solo celebren las personas que conviven en una misma casa, pero si van a recibir como invitados a familiares o amistades que desde hace tiempo no ven, es preferible que usen siempre mascarilla, que se desinfecten bien las manos cuando ingresen, que mantengan conversaciones y compartan los alimentos guardando la debida distancia física y que, sobre todo, se tenga un control del historial de salud de todos los invitados.
Desarrollo de ejercicios de estimulación mental para prevenir el deterioro cognitivo. Entre algunas de las actividades recomendadas para mejorar la salud mental de las personas mayores que se encuentran en aislamiento están los juegos de mesa, como ajedrez, damas chinas y el dominó; la sopa de letras, el sudoku, armar rompecabezas o leer un libro.
Caminar dentro de la casa. Hay que establecer rutinas diarias que permitan que las personas mayores salgan al balcón o al jardín de la casa; que caminen, se estiren y tomen un poco de sol antes de las 10 de la mañana o pasadas las 3 de la tarde.
Desarrollo de actividades de artes manuales. El desarrollo de este tipo de actividades mejora la articulación de los miembros superiores, estimula la mente y fomenta estados emocionales positivos. Pueden cultivar y sembrar plantas en macetas, bordar, tejer, pintar, elaborar collares y pulseras, moldear barro, entre otras.
Asistir a los servicios religiosos de su preferencia en las redes sociales, la radio o la televisión. De esta manera las personas mayores seguirán sintiéndose parte de su iglesia y manteniendo contacto con la comunidad de feligreses.
Limitemos los paseos. Si estamos acostumbrados a realizar los fines de semana un paseo familiar, en compañía de nuestros abuelos, padres, madres u otro familiar adulto mayor, es preferible que lo programemos para otra fecha. El mejor ambiente para los mayores es el de su propia casa o el de la residencia en la que recibe cuidados especializados para las personas de edad avanzada, como en nuestra Casa San Miguel.
En estos tiempos de la COVID-19, la mejor muestra de amor, agradecimiento y cariño que podemos brindar a nuestros padres, madres, abuelos, abuelas, tíos, tías u otros familiares adultos mayores es el cuidado extremo en esta época de pandemia. Solo tomando en cuenta estas recomendaciones y las medidas sanitarias ordenadas por las autoridades de nuestro país podremos evitar que más personas en edad avanzada se conviertan en víctimas de esta mortal enfermedad que ha venido a cambiar nuestra vida de manera radical.