En medio de la crisis por el repunte en llegadas de niños migrantes no acompañados a la frontera sur de Estados Unidos, los datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) registran que la migración de salvadoreños se mantiene estable.
El Gobierno de Joe Biden está bajo una gran presión por los éxodos, y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, ha declarado que se prevé que los datos de cruces ilegales en la frontera alcancen los niveles de la ola migratoria suscitada en 2014 —bajo el Gobierno de Barack Obama—, cuando casi 70,000 niños migrantes no acompañados intentaron ingresar sin documentos y exponiéndose a los peligros de la frontera. Sin embargo, los datos de salvadoreños reflejan que la migración irregular de niños que viajan solos se mantiene estable.
Desde el año fiscal 2020, que comenzó en octubre de 2019, esas cifras cayeron hasta en un 83 %, con respecto al año anterior. En el año fiscal 2019, un total de 12,021 menores salvadoreños cruzaron la frontera de forma irregular. Para el año fiscal 2020 esa cifra bajó a 2,189, y en el año fiscal 2021, que comenzó en octubre de 2020 y finalizará en septiembre de 2021, el dato hasta el momento es de 2,185.
En tanto, Guatemala y Honduras registran un sensible aumento de migración de niños en condición vulnerable. Guatemala es el país que más niños migrantes está enviando a Estados Unidos. En el caso de Honduras, son las familias las que más están emigrando sin documentos. Además, el recuento del DHS refleja que desde septiembre de 2020 hasta el 28 de febrero pasado, más de 10,000 niños guatemaltecos han emprendido el peligroso viaje sin la compañía de un adulto. De igual forma, más de 6,000 menores de edad hondureños han recorrido la ruta hasta llegar a la frontera sur de Estados Unidos.
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Durante el año fiscal 2020, fueron más de 8,000 niños guatemaltecos y 4,000 hondureños quienes intentaron solicitar asilo en uno de los puertos de entrada de Estados Unidos. En el año anterior fueron 30,000 guatemaltecos y 20,000 hondureños.
Temor a repetir la suerte
El Gobierno de Biden se estrenó en enero y ha prometido mantener un enfoque humanitario para la migración irregular. Sin embargo, ha sido firme en comunicar a Centroamérica que las fronteras continúan cerradas para quienes arriben sin la documentación necesaria. El Partido Republicano ha criticado que la administración está provocando otra crisis fronteriza, con los cambios en las políticas migratorias y con una retórica que pareciera ser más amistosa que la del expresidente Donald Trump.
Aunque el secretario Mayorkas sostiene que solicitar asilo es un derecho universal, ha sido claro en señalar que la frontera «no está abierta».
El mismo Biden ha llamado a los migrantes a desistir de esa esperanza. Con todo, el DHS ya registra, en general, un aumento del 92 % en cruces irregulares durante el año fiscal 2021. En el caso de las familias, se ha dado hasta el momento un aumento del 5 %, con respecto a todo el transcurso del año fiscal 2020.
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En febrero, en general, fue ron arrestadas un total de 100,000 personas en la frontera sur; entre ellas, 9,457 menores no acompañados, un aumento del 28 % con respecto a enero, según las cifras del Departamento de Seguridad Nacional.
Reiteran que la frontera no está abierta
El jefe del Departamento de Seguridad Interior (DHS), Alejandro Mayorkas, reafirmó ayer ante el Congreso de Estados Unidos que la frontera con México «es segura y no está abierta», ante el aumento del flujo de migrantes que la oposición califica como una «crisis».
Mayorkas —el primer latino y el primer inmigrante en encabezar el DHS— compareció después de reconocer el martes que Estados Unidos se encamina a registrar el mayor número de migrantes en la frontera sur en 20 años.
Ante las críticas de la oposición, Biden instó a los migrantes a que no abandonen sus comunidades, y les pidió: «No vengan». Mayorkas insistió en que «la frontera es segura y no está abierta», pero admitió que la situación en el terreno es «complicada».
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«La situación en la frontera sur no puede ser transformada de la noche a la mañana, en gran parte por el daño hecho en los últimos cuatro años», en referencia a las políticas implementadas por el gobierno republicano de Donald Trump.
El alto funcionario se negó ayer, ante la presión de los republicanos, a calificar la situación de «crisis», pero sí admitió que hay un «desafío».