Profundamente enamorado. A Billy Grimaldi le siguen brillando los ojos cuando se trata de hablar sobre una de las mujeres más importantes en su vida: su esposa, Lorena Milla de Grimaldi.
Tiene tan presente el día en que la conoció que incluso ríe y suspira de los nervios al recordar.
«Es que yo era un bicho loco, pero cuando la vi supe que era con quien yo quería formar un hogar», nos comenta en una entrevista, y añade: «Cuando la vi, me quedé deslumbrado, ¡deslumbrado!».
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Lorena también recuerda cuando se conocieron. Admite que la energía de Billy y su buen trato a los demás le agradó. Parece que el destino estaba empeñado en unirlos.
Billy impartía clases de baile y aeróbicos en un gimnasio, y un día lo llamaron para dar una clase en otro gimnasio. Ahí estaba Lorena. Él tenía 20 años de edad y ella, 27, y aunque había conocido a otras mujeres, ninguna lo había cautivado como ese par de ojos verdes.
«Al terminar esa clase fui a recepción a preguntar cómo se llamaba. Ya el segundo día le comencé a hablar por su nombre y así fue como ella llegó a mi vida. Fue como si Diosito me dijera: “Vaya, Billy, ya deja de estar de distraído. Ella es”», asegura.
Él hacía su esfuerzo, pero no fue nada fácil conquistarla. «Siempre fue una mujer muy seria, respetuosa y formal, y en ningún momento iba a querer algo con un bicho loco como yo», comparte Billy con toda la espontaneidad que lo caracteriza.
Foto: Billy Grimaldi y sus tres hijos Brenda, Pamela y Billy.
«Fueron cuatro meses duros para sacarle un beso y después para pedirle que se casara conmigo», recuerda. Ahora protagonizan una de las historias de amor más sólidas del entretenimiento nacional.
No hay algo que no sepan del otro, se describen como un matrimonio que más allá de ser pareja, son almas gemelas gracias a ese amor que se profesan y que trasciende al respeto y la admiración.
ANTE TODO SON UN EQUIPO
Para Billy, el popular adagio: «detrás de un gran hombre hay una gran mujer» no aplica en ellos, ya que su esposa es su pilar y lo primero: «Siempre va delante de mí». «Ambos hemos aprendido mutuamente cómo llevar los problemas, las infelicidades o cualquier inconveniente. En conclusión, así como magnífica, yo creo que de no haber conocido a mi esposa, no existiría Billy Grimaldi. Es gracias a ella que ahora soy quien soy, y siempre me gusta decirlo», compartió.
Foto: Instagram Billy Grimaldi
Bailarín por pasión y vocación, Lorena fue quien lo animó a seguirse preparando y a crear una compañía de baile, que actualmente es reconocida dentro y fuera del país: FreeStyle by Billy Grimaldi ya lleva 20 años enseñando géneros como el hiphop y bailes urbanos.
«Ella fue la que realmente vio en mí algo que posiblemente ni mi familia pudo ver. Ella vino y empezó a trabajar hasta hacerme la persona que ahora en día soy», dice, y continúa: «La academia fue idea de mi esposa al verme cómo amaba bailar y comenzó como un gimnasio para niños en la cochera de nuestra casa, hasta convertirse en la academia que es ahora».