Ningún Gobierno en la historia de El Salvador había puesto al ciudadano común en el centro de sus prioridades con el diseño de políticas para garantizar su bienestar de manera efectiva, para salvaguardar su vida y sus bienes y también para impulsar su desarrollo y tranquilidad.
En las administraciones de ARENA y del FMLN, aunque decían que trabajaban por las mayorías o que se dedicaban a perseguir el bienestar de la población, más personas huyeron del país debido al pésimo manejo de la economía que generó múltiples crisis, el aumento de la pobreza y por la inseguridad insostenible. En esos años, muchos abandonaron todo lo que tenían para salvaguardar la vida de la familia ante las amenazas de las pandillas, que se materializaban en cruentos asesinatos (con días de hasta varias decenas de estos), la desaparición de trabajadores honrados o la violación de mujeres y niñas.
Los salvadoreños, decepcionados por políticos corruptos en votación tras votación, dejaron atrás ese pasado cuando dieron la espalda en las urnas a ARENA-FMLN y a sus aliados y eligieron, de manera democrática y directa, a Nayib Bukele como presidente de la república, que se ha dedicado a implementar los planes que los ciudadanos largamente habían esperado.
Gracias al éxito del Plan Control Territorial, combinado con el régimen de excepción, más de 55,000 pandilleros y colaboradores de las estructuras criminales han sido detenidos, procesados y sacados de las calles. De modo que comunidades enteras han salido del terror en el que vivieron durante los años en que tanto efemelenistas como areneros hicieron crecer esa lacra.
Mientras los salvadoreños honrados y trabajadores aplauden las acciones contra el crimen, solo los aliados de los pandilleros reclaman y alegan el incumplimiento de las garantías constitucionales de los detenidos. «Nadie duda de que los reos tienen derechos humanos, pero yo creo que ningún procurador ha defendido los derechos humanos de la gente honrada», aseguró la noche del sábado el presidente Bukele en una reunión con el Gabinete de Seguridad (ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro; director de la PNC, Mauricio Arriaza Chicas; y el director de Centros Penales, Osiris Luna) y la recién electa procuradora de los Derechos Humanos.
Ahora, la prioridad es salvaguardar la vida y los bienes de los ciudadanos con la erradicación de las pandillas en El Salvador. Gracias a los éxitos de estas estrategias, el país atrae más turistas, más inversiones y es conocido por sus maravillas naturales y libertad.