El director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Arriaza Chicas, confirmó esta mañana que las cifras de desaparecidos se han reducido los últimos dos años con la implementación del Plan Control Territorial (PCT) y que fue hasta en 2017 que se comenzó a tener un registro sistemáticos de personas desaparecidas con la reforma al Código Penal y la tipificación de la desaparición de personas como delito.
«Desde el año 2017 es que se llevan registros de desaparecidos, porque en los periodos anteriores no se llevaban registros. Lo que se registraba era el delito de homicidio y los otros delitos, pero las personas desaparecidas no, es más ni si quiera aparecía en la legislación penal, esto fue llevado a una reforma penal por el fenómeno de violencia que se estaba viviendo, cuando aparece ya la reforma penal, en el artículo 148 del código, ahí aparece ya el delito de persona desaparecida, en el cual ya se puede procesar a cualquier persona que no justifique del porque otra persona no aparece», explicó Arriaza Chicas.
Agregó que desde la entrada en vigencia del PCT, el 20 de junio de 2019, el registro de personas desaparecidas ha venido a la baja.
«No voy a dar números, pero 2017, 2018 e inclusive en el 2019 los registros son elevados, pero desde la entrada en vigencia del Plan Control Territorial viene a la baja. Son cifras bastante alentadoras, pero sí, la incidencia existe, ahí está», aseguró.
El director de la corporación policial recomendó a la población que cuando haya indicios de que una persona ha desaparecido lo primero que deben hacer es acudir a las autoridades policiales para introducir las denuncias y confiar en el sistema.
«Además deben de pedir cuentas y resultados, darle seguimiento. Por ejemplo, el caso de Flor, pero a veces ponemos la denuncia y nunca pregunté, eso ya genera sospechas que incluso la misma persona que pone la denuncia ya no pregunta, eso es sospechoso», indicó.
El funcionario afirmó que los casos de desaparecidos no solo deben atribuirse a las pandillas, ya que los casos más recientes como el de Chalchuapa y el de Flor en Cojutepeque indican que las desapariciones las generan cualquier tipo de personas.
«Casos como el de Chalchuapa, como el de Flor no son pandilleros, son personas que tomaron decisiones criminales para afectar la integridad física de otra persona», señaló Arriaza Chicas.