Un grupo de bailarines vestidos con zapatillas, leotardos y licras se desplaza sobre una tarima con ligeros movimientos acordes a sus gráciles figuras que parecen flotar como plumas. Su concentración está al máximo y a lo único que prestan atención es a las indicaciones de su maestro. Así son los ensayos del Ballet Nacional de El Salvador (BNES) cuando se encuentra en temporada de presentaciones.
«Diario El Salvador» tuvo la oportunidad de presenciar el arduo trabajo que realizan los miembros del ballet en la preparación del clásico navideño El Cascanueces, que ya fue presentado en el Teatro Nacional de San Salvador, con un éxito total, y que se pondrá en escena en Santa Ana y San Miguel.
Un total de 14 bailarines integran el elenco quienes se ejercitan a diario para mantener su nivel profesional. De lunes a viernes, todos llegan temprano al estudio. Lo primero que hacen ataviarse con ropa cómoda para recibir las dos horas de sesión (desde las 7 a. m.) donde la puntualidad es esencial.
La rutina inicia con un calentamiento y estiramiento para introducirse de manera progresiva en los movimientos de ballet, desde los pasos básicos.
Al finalizar esta etapa, los jóvenes descansan unos minutos para, luego, empezar con el ensayo de la obra, una adaptación que el director del BNES, Rumen Ivanov Rashev, hizo especialmente para el elenco salvadoreño.
Rashev hace sonar la pieza de Peter Ilyich Tchaikovsky para indicar que el ensayo formal está por iniciar. El grupo se acerca y escucha indicaciones.
Cada bailarín sabe en qué momento inicia su participación en la obra y es ahí cuando se incorpora y practica la coreografía que le fue asignada. El maestro verifica que los pasos, posturas, giros, se realicen de forma correcta, con movimientos estilizados y en el tiempo musical que corresponde.
Los jóvenes nunca dejan de estar atentos a las enseñanzas del maestro, aun cuando no es su turno, debido a que la aspiración de todo bailarín es interpretar un papel principal y no hay mejor persona para guiarlos que el maestro Ivanov, quien posee una experiencia de 54 años en el mundo del ballet y 49 años de bailar o dirigir esta pieza clásica.
«El tiempo de preparación para esta obra es relativamente corto, porque ya la montamos el año pasado. Entonces, en recordar, montar y añadir las danzas nuevas, por lo menos, se debe trabajar un mes como mínimo», detalló el maestro.
En la adaptación es posible observar parte del primer acto (la introducción de la historia), aunque la mayor parte se centra en el desarrollo completo del segundo acto, según explicó Ivanov.
En total, son 10 presentaciones de El Cascanueces que se tienen programadas durante todo diciembre, seis en el Teatro Nacional de San Salvador y el resto en los teatros de Santa Ana y San Miguel.
Un elenco muy motivado
Junto a los 14 bailarines del elenco colaboran tres pasantes y 10 estudiantes de la Escuela Nacional de Danza Morena Celarié, entre ellas seis niñas de primer año y cuatro del último grado.
Los bailarines permanentes del BNES tienen entre 22 y 30 años de edad. Una de ellas es Fabiola Denys, de 24 años, quien interpreta el papel principal de Clara y el hada de azúcar.
«Pertenecer al ballet nacional, para mí, es un orgullo porque somos la cara del ballet en El Salvador. Me siento muy feliz de ser tomada en cuenta para un papel protagónico porque es un gran reto», dijo. Fabiola tiene 19 años de practicar ballet.
De acuerdo con la talentosa joven, entre sus expectativas está «ir mejorando, siempre dar lo mejor para que el público disfrute tanto como nosotros de este arte».
El otro protagónico es el de Kevin Dimas, quien reencarna al príncipe. Aunque es licenciado en Periodismo, de la Universidad de El Salvador, asegura que el ballet es su pasión.
«Pertenecer al ballet nacional es una de las mejores oportunidades que tenemos como bailarines salvadoreños porque nos permite abrirnos las puertas y crear nuevas perspectivas para los bailarines que están estudiando», dijo.
El joven, quien practica ballet desde los 17 años, pretende seguir su pasión: «Una de mis metas es seguir trabajando, desarrollando mis destrezas, perfeccionando mi cuerpo, para seguir bailando de una mejor forma y, al mismo tiempo, dar todo lo que tengo para que las nuevas generaciones quieran aprender ballet», comentó.
50 años de producir El Cascanueces
La primera vez que Ivanov bailó esta pieza tenía 16 años, en 1973. Lo hizo como parte de la Academia de Ballet Vaganova, en Leningrado, (actualmente San Petersburgo), en Rusia, donde estudiaba becado. Desde entonces no ha parado de bailar o producir esta obra.
«En esa Academia pasé desde niño por todos los papeles. Primero, hice unos murciélagos; después, el vals de las flores. Después, la danza española, después los principales del vals y así fui creciendo. Luego, ya en mi carrera profesional, igualito bailé en diferentes montajes, tanto en mi país Bulgaria como en Venezuela donde viví durante 30 años», comentó.
La amplia experiencia de Ivanov incluye haber sido el primer bailarín de la Ópera Nacional de Plovdiv, en 1981, y primer bailarín del Ballet Arabesque. En 1982, se convirtió en bailarín «étoile» (bailarín estrella) de la Ópera Nacional de Sofía. A partir de 2019 se une al Ministerio de Cultura de El Salvador con la misión de ser el director del Ballet Nacional de El Salvador.
Trajes de gala
Por ser una pieza clásica, los bailarines utilizan trajes de gala en el espectáculo. La mayoría se confeccionó en el 2021, pero hay otros que se crearon desde cero este año debido a la incorporación de más elenco.
De acuerdo con el maestro Ivanov, son nueve trajes largos para el vals de las flores, tres trajes para la danza china (con el mismo diseño, pero diferente color), dos para el baile español, dos árabes (uno para hombre y otro para mujer), cuatro trajes de príncipes y los que usan los personajes principales.
El vestuario de las mujeres se fundamenta en piezas como el malliot, medias, tutú y zapatillas.
DETALLES
Malla: Es una prenda de tejido elástico que se adapta al cuerpo y cubre el tronco. En ocasiones también parte o la totalidad de las extremidades.
Medias: Un complemento que cubre desde los pies hasta la cintura confeccionado con un material elástico, flexible y resistente.
Zapatillas: Es un calzado especial para practicar esta disciplina. Se fabrican con yeso, tela cartón y pegamento.
Tutú: Es una falda redonda, la pieza tradicional del ballet. Se crean hasta con hasta 12 capas de tela y al final un alambre que mantiene la forma.
Próximas fechas:
Teatro Nacional de Santa Ana
- Sábado 10 de diciembre 5 p. m.
- Domingo 11 de diciembre 4 p. m.
Teatro Francisco Gavidia de San Miguel
- Sábado 17 de diciembre 5 p. m.
- Domingo 18 de diciembre 4 p. m.
Costo: salvadoreños $1, extranjeros residentes $2 y no residentes $3. Menores de 12 años y adultos mayores entran gratis.