Nació en el departamento de Sonsonate, y su determinación y disciplina le permitieron convertirse en oficial de la Fuerza Armada; sin embargo, años después, Karla Trigueros también recibió su investidura como doctora en Medicina de la Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer, carrera que estudió simultáneamente durante su estancia como cadete de la Escuela Militar Capitán General Gerardo Barrios.
«A los 16 años decidí que quería entrar a la Escuela Militar. Ingresé a la Escuela Militar Capitán General Gerardo Barrios el 6 de enero de 2007. Tengo prácticamente 14 años de carrera militar. Me gradué de la escuela con la promoción 82 en 2010. En 2008, a principios de ese año, por mi rendimiento académico en la escuela militar se me otorgó una beca para estudiar Medicina, y es allí donde soy médico y soy militar de carrera. Llevé las dos carreras simultáneamente», relató Trigueros. Comentó que lograr coronar sus dos carreras no fue fácil, ya que la naturaleza de ambas es totalmente diferente, pero similares en cuanto a la rigurosidad y disciplina que se necesitan durante el tiempo que se es estudiante de estas.
«Fue bastante cansado en su momento, pero lo importante es poder correlacionar ambas, encontrar el punto de equilibrio entre una carrera militar, que es obviamente exigente tanto en disciplina como físicamente, y la carrera de Medicina, que es muy exigente académicamente hablando y muy cansada. Encontrar la combinación para que uno pueda dar el 100 % en ambas fue difícil, pero se logra», indicó.
El ejemplo de sus compañeros de estudio en la Escuela Militar, quienes también combinaron el ámbito civil y militar, la motivó para no rendirse y alcanzar sus objetivos propuestos.
«Personas arriba de mí [cadetes] en la escuela lo estaban logrando y eso era un referente para mí, y si ellos pueden, yo también puedo lograrlo. Solo que en ese momento era la única mujer estudiándolo, era el “impasse” de ir abriendo la brecha de las mujeres que estudiaban Medicina y también en la Escuela Militar», sostuvo.
El hecho de ser mujer no fue ningún impedimento para que Karla lograra cumplir sus metas trazadas desde que se graduó de bachiller en el Instituto Nacional Thomas Jefferson, en su natal Sonsonate, cuando se propuso convertirse en militar.
Actualmente, tiene el grado de teniente de la Fuerza Armada y, a la vez, se desempeña como asesora médica del Comando de Sanidad Militar (Cosam), entidad a la que ha pertenecido desde que se graduó como doctora, cargos que debido a su carrera civil y militar le han sido posible desarrollar.
«Llegué al Hospital Militar Central al graduarme de médico y estuve trabajando como colaboradora médica en la Consulta Externa, y estuve fungiendo como subjefa de la Consulta Externa de dos a tres años en diferentes actividades y desempeñándome en diferentes áreas. Posterior a eso, salgo destacada hacia el Comando de Sanidad Militar ya como asesora médica, y desde 2019 hasta la fecha estoy en el Comando de Sanidad Militar», manifestó.
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Es a través de sus profesiones que ha podido apoyar a los salvadoreños desde el área epidemiológica, ya que con la llegada de la pandemia de la COVID-19, la Fuerza Armada desempeñó un rol protagónico al cumplir diferentes funciones en un esfuerzo articulado con otras instituciones del Gobierno.
«Desde el inicio del Gobierno del señor presidente Nayib Bukele, y encomendado por el señor ministro de la Defensa, mi contraalmirante Merino Monroy, el Comando de Sanidad forma parte del Sistema Nacional Integrado de Salud, y desde ese momento estamos trabajando concatenadamente con cada uno de los elementos que forman este sistema para trabajar unidos en contra de la pandemia», explicó.
Detalló que algunas de las acciones que llevó a cabo la institución castrense fueron dirigir y ejecutar centros de cuarentena para el personal militar que presentó síntomas, apoyar al Plan Control Territorial, y a medida que avanzó la emergencia sanitaria, reforzó diferentes actividades, como la seguridad en la logística de distribución de las vacunas contra la COVID19 que desde el pasado 17 de febrero se administran a escala nacional. «Hemos estado activamente trabajando desde el inicio de la pandemia hasta ahora.
Actualmente, con el plan de vacunación, ha cambiado un poco la estrategia: siempre obviamente coordinados con el Ministerio de Salud, al Comando de Sanidad Militar, a través de mi persona, se le delegó llevar la coordinación de la mesa de planificación y monitoreo del plan de vacunación a escala nacional, y estamos tratando de trabajar de la mejor manera la logística, planificación y distribución de las vacunas», señaló.
A la fecha, 136 elementos militares, entre oficiales, suboficiales y tropas, participan activamente en el plan nacional de vacunación contra la COVID-19, en el que por tierra, aire y agua han distribuido el fármaco a escala nacional para cumplir con la inmunización, en un primer momento, del personal de primera línea de salud.
«Nosotros también vamos a tener la participación activa con centros de vacunación propios cuando llegue la fase de vacunación del personal de la Fuerza Armada. Entonces, dentro de nuestros hospitales militares van a haber centros de vacunación para personal propio de la Fuerza Armada, y así vamos a disminuir la cantidad de personas que lleguen a los centros de vacunación establecidos por el Minsal, y también en algún momento poder coordinar, si es necesario, la vacunación de otro personal dentro de nuestros centros de vacunación», puntualizó.