José Douglas García, de 32 años, se dedicaba a conducir un bus del transporte público en San Antonio del Mosco, en San Miguel; sin embargo, debido a la pandemia por la COVID-19, decidió emprender con dos coches o carretones para vender hamburguesas y «hot dogs». El emprendedor era cobrador de buses y, para evitar las multitudes, decidió cambiar de oficio para cuidarse del virus él y su familia.
«Decidí alejarme de eso, evitar un poco las ciudades y las aglomeraciones, así que me decidí a poner mi propio negocio» contó Douglas, quien sabe también que con la venta podría estar expuesto al virus, pero en menor medida.
Cuenta que cuando trabajaba de cobrador observó mucho el trabajo de las personas que se dedicaban a la comida rápida de este tipo; incluso, cuando tenía la oportunidad, les ayudaba en los negocios.
«Empezamos a invertir en este negocio y ya tenemos casi un año. Empecé con un coche y ya tenemos dos con los que trabajamos, gracias a Dios. Es nuestra forma de que la familia salga adelante», comentó el emprendedor.
A Douglas lo ayuda una de sus hijas; sin embargo, cuando él no puede, su esposa, Rosa Hernández, se encarga del negocio con uno de los coches de comida.
«Esta es una enseñanza para nuestras hijas también sobre cómo ganarse la vida con un trabajo honrado», comentó el hombre. Una de las dificultades que afrontaron fue la poca venta en los inicios del negocio; sin embargo, fueron persistentes y actualmente venden otros alimentos como tacos y han ganado clientela en el municipio que consume sus diversos productos.
«La gente ya nos busca para comer un refrigerio mientras llega a su casa. Nosotros vendemos tacos, tortas y hamburguesas. El otro coche es solamente de “hot dogs”», contó.
Para la familia, la jornada laboral inicia a las 4 de la mañana, cuando se levantan a preparar todos los alimentos que necesitarán, por lo que a las 9 ya circulan por las diferentes calles del municipio ofreciendo los productos.