«Puede haber bienestar creciente y uso de la decreciente de los recursos», así lo postuló este miércoles el asesor de la Asociación Salvadoreña de la Industria del Plástico (Asiplastic), Luis Carlos Gómez, durante el Segundo Foro de Economía Circular de Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI).
La economía circular es la innovación en procesos productivos menos agresivos con el medio ambiente, principalmente busca la reducción del uso de materiales vírgenes para la fabricación de productos y prefiere retomar materiales reciclados como materia prima.
Gómez consideró que uno de los mayores problemas actuales es el calentamiento del planeta o cambio climático y alertó que esto pone en serio peligro a la humanidad.
«Todas las emisiones de gases de efecto invernadero que se han estado acumulando en los últimos 150 años nos han llevado a tener un promedio de temperatura que ya está aproximadamente dos grados arriba de la ventana ideal», sentenció el experto.
En este sentido, Gómez sostuvo que la innovación es una de las acciones principales para frenar esta situación y advirtió que en El Salvador la huella de carbono la producen principalmente industrias como la energía, uso de la tierra, transporte, otros combustibles como la leña, otros procesos y construcciones y los residuos.
Ante, esto la economía circular plantea desvincular el impacto al medio ambiente de la actividad económica, afirma el experto e indica que la ASI tiene experiencias exitosas en metales, papel y cartón, plástico, vidrio, electrométricos.

Gómez sostuvo que solo en la industria plástica a través de técnicas de reciclaje se genera una economía de unos $25 millones y consideró, en un cálculo rápido, que el conjunto de las materias primas podría llegar hasta los $300 millones, aunando beneficios sociales, económicos, fiscales y medio ambientales.
Al respecto, el representante de Sistemas Económicos Justos y Sostenibles de Naciones Unidas, Joachim Monkelbaan consideró que el comercio es uno de los principales componentes de la economía circular, ya que incide en la cadena de valor y marca pautas en el precio de los productos.
Sin embargo apunta que su principal beneficio es la reducción de la huella climática, ya que el consumo de recursos naturales incrementa en 100 metros por tonelada desde el aña pasado, esperando que para el 2050 la cifra aumentará a 180 según las estimaciones, número que son insostenibles, aseveró Monkelbaan.
Por su parte el presidente de ASI, Eduardo Cáder indicó que este es un buen momento para reflexionar sobre el modelo económico para el futuro de El Salvador, buscando salidas sostenibles y resilientes a la crisis del COVID-19 a través de la economía verde o economía circular.
«El reinicio de las economías es una oportunidad para dar forma a la economía del siglo XXI de manera que sea limpia, verde, saludable, justa, segura y resistente»
EDUARDO CÁDER, PRESIDENTE DE ASI