En 2022, El Salvador ha vivido con más seguridad, tranquilidad y paz que en toda su historia. Gracias al esfuerzo del Gobierno del presidente Nayib Bukele, que implementó el Plan Control Territorial, este año comenzó el fin de las pandillas.
El Gobierno implementó un régimen de excepción que ha dado las herramientas legales necesarias para detener a más de 60,500 pandilleros y colaboradores de organizaciones terroristas, las cuales han perdido la mayor parte de su accionar, pero todavía siguen activas, por lo que la tarea continúa hasta extraer los remanentes de las maras que aún están en libertad.
Debido a estas acciones, además, se lograron más de 170 días sin homicidios y se han reducido al mínimo las extorsiones y otros delitos.
Esta estrategia de seguridad ha tenido repercusiones en todas las áreas de la sociedad, permitiendo, de este modo, la reactivación económica a la que durante décadas El Salvador había aspirado, pero que la incapacidad y corrupción de los gobiernos de ARENA y del FMLN impidieron concretar.
En materia económica también destaca la excelente gestión fiscal que ha logrado reducir drásticamente la evasión del pago de impuestos, lo que le ha permitido al Estado salvadoreño recuperar cuantiosos recursos para ejecutar obras sociales.
La entrada en vigor de la reforma de pensiones permitirá mejorar las condiciones de vida de cientos de miles de salvadoreños al tener acceso a jubilaciones más justas y dignas, pero también corrigiendo las distorsiones creadas por la vieja clase política, que asignó jubilaciones de élite para sus allegados y activistas.
La respuesta del Gobierno a las inclemencias del clima, como las tormentas tropicales y el inicio de actividad volcánica, permitió salvar vidas y garantizar que la actividad económica no se detuviera. El país ya es un referente en turismo y las olas nacionales ya tienen adeptos en todo el mundo, sobre todo tras la ampliación de Surf City hacia Punta Mango, en la zona oriental.
Las millonarias inversiones en obras públicas están recuperando la infraestructura vial del país y modernizándola a pasos agigantados, lo que permitirá mejorar el comercio y la calidad de vida de todas las personas.
El despegue como país está en marcha y ha sido posible gracias a que se están sentando bases firmes y duraderas para garantizar la seguridad. Por eso los salvadoreños están dispuestos a que el proyecto del presidente Bukele continúe por muchos años más.