«Siempre he pensado que Cádiz puede ser lo que sea, pero siempre he pensado que no es solo venir, querer estar, no es porque sí. Hay que saber estar, conocerlo un poco y en este caso que se ha dado este lindo sueño no sabría decir». Esas fueron algunas de las palabras que Mágico González dijo en 2018, hace cuatro años cuando estuvo en Cádiz, por el festejo de sus 60 años de edad.
En 2022 volvió y el salvadoreño ha sabido estar. Aunque no le guste, aunque no sea su estilo, acaparó los reflectores. Cádiz lo ha tratado como al más querido de sus hijos y se lo hizo sentir el sábado, cuando salió a la cancha con un saco azul, camisa blanca y una gorra con las letras ES, las de El Salvador, al que siempre quiere poner en alto.
Hizo el saque de honor antes del juego entre Cádiz y Barcelona, lo vio todo el mundo y fue replicado por varios medios y cuentas de redes sociales que saben del amor y la historia que existe entre el club, la ciudad gaditana y el exfutbolista salvadoreño.
Sin embargo, tras las cámaras que se enfocaron en lo que sucedía en la cancha, en el palco de honor de estadio Nuevo Mirandilla, exRamón de Carranza, Joan Laporta, presidente del Barcelona, tenía un obsequio para el Mágico.
El club catalán, que ahora se enfoca en viajar a Alemania para el juego contra el Bayern Múnich por la Champions League, publicó una foto donde está Laporta entregando una camisa al mejor futbolista salvadoreño de todos los tiempos. Dorsal 11 y el nombre Mágico González unos centímetros arriba.
Ese mismo número con el que Mágico jugó en una gira por Estados Unidos con el Barcelona, fue en la Trans-Atlantic Challenge, donde el cuscatleco compartió con Maradona y a la que se le denominó una de las duplas más temidas en la historia del fútbol.
El fichaje de Jorge González no pudo ser, ni porque el mismo Maradona lo haya recomendado, bajo el argumento de que había un jugador mejor que él.