El comercio en Ahuachapán ha vuelto a tener la tranquilidad de no pagar la extorsión, que durante décadas cobraron las pandillas a muchos propietarios de diversos negocios. Esto gracias a la medidas de seguridad implementadas por el Gobierno del Presidente Nayib Bukele, que ha permitido el encierro en la cárceles de más de 60,000 pandilleros que atemorizaban a los salvadoreños.
Ahuachapán es una ciudad pequeña pero que ha tenido un auge en el rubro del comercio. La unidad de catastro municipal tiene un registro de 5,181 negocios, que hace un año, antes del régimen de excepción, en su mayoría trabajaban bajo la sombra de vivir cotidianamente atemorizados por las estructuras criminales que operaban en la zona.
En esos 5,181 negocios registrados, 1,933 están tipificados como pequeños, es decir que sus inversiones podrían ser de entre $1,000 a $10,000.
Otros 1,278 son parte de los mercados municipales, que podrían tener una inversión desde los $100 a $5,000.

Estas cifras incluso eran calculadas, por las clicas que operaban en la zona, como parte de su control territorial, para decidir la cantidad de dinero a cobrarles mensualmente.
Comerciantes afirmaron que el cobro mínimo de la renta era de $25 al mes, y las pandillas en ocasiones exigían aumento, según rubro del negocio.
«Diariamente habían personas que tenían ruta para llevarse el dinero, esto desapareció, era imposible no entregarlo porque infundían miedo de diferentes formas. Ahora ya podemos trabajar tranquilamente, hubo ocasiones que uno decidía no venir y eso también implicaba no obtener ganancias, no cumplir metas.Hoy estamos tranquilos», describió Marcelino Espinoza, un propietario de agencia de la canasta básica.
Cuentan que aparte del dinero, los obligaban a que entregaran productos, cuando no lo hacían, sus clientes corrían el peligro de ser atacados, como medida de presión para que se pusieran al día.