Lo que los «grandes partidos» del país, ARENA y el FMLN, han hecho a lo largo de su historia es desplazar, marginar y expulsar de sus filas a aquellos militantes que se han atrevido a cuestionar las decisiones tomadas por los máximos líderes de sus organizaciones.
Es más, cuando el FMLN era una guerrilla, a los detractores se les calificaba como traidores y en los juicios sumarios ejecutados contra sus mismos camaradas se cometieron innumerables asesinatos. Desde dirigentes de esas agrupaciones, como Salvador Cayetano Carpio (el comandante Marcial, de las Fuerzas Populares de Liberación, FPL), que fue «suicidado» por sus compañeros con lujo de saña hasta combatientes rasos e incluso población que les apoyaba, como sucedió en diversos puntos del país.
Ya como partido político, el FMLN expulsaba a los disidentes y a los que pensaban distinto a la corriente mayoritaria del momento. Para esto no hacían ninguna distinción, desde borrados masivos en los padrones internos de militantes hasta excandidatos presidenciales, como sucedió con Facundo Guardado, que de ser el líder del partido y luego su carta para los comicios de 1999 pasó a ser considerado un traidor y lo echaron.
En ARENA pasó igual. Todas las diferencias de criterio entre las diversas facciones dentro del partido tricolor se han resuelto con una parte sacando a la otra del escenario. Los diputados que votaron diferente a las órdenes emanadas por los financistas del partido terminaron siendo considerados como «independientes» y se les quitaba todo respaldo.
Ahora estamos viendo que dos actuales concejales de la alcaldía de San Salvador, Juan Carlos Montes y Alexánder Suriano, han sido removidos de los registros de ARENA por atreverse a denunciar las irregularidades cometidas por la cúpula del partido para nombrar candidatos (muchos de ellos nombrados a dedo, sin importar lo que las bases hubieran decidido a través de «elecciones primarias») o por reclamar a la dirigencia por el terrible resultado electoral obtenido el 4 de febrero, el más bajo de ARENA en la historia de los comicios presidenciales.
El FMLN, que ni siquiera ganó un diputado y cuya bancada saliente —de cuatro diputados— ya estaba partida en dos, ahora habla de «purgar» a aquellos militantes que no estén comprometidos con el proyecto del partido de izquierda.
A estas alturas, tanto ARENA como el FMLN están tan disminuidos —algo que se han ganado por todos los abusos cometidos cuando eran gobierno y saquearon al Estado— que tales divisiones no hacen más que adelantarnos que se convertirán en meras fachadas, partidos de papel sin fuerza alguna.