La guerra contra las pandillas impulsada por el Gobierno del presidente Nayib Bukele ha traído tranquilidad a todo el país. Gracias al éxito del Plan Control Territorial y al régimen de excepción, más de 64,000 integrantes y colaboradores de pandillas han sido detenidos por las autoridades y entregados a los tribunales para que sean procesados y enviados a prisión.
Sin tal cantidad de delincuentes en las calles, los ciudadanos han recuperado los espacios que por décadas los malos gobiernos de ARENA y del FMLN entregaron a las pandillas. Hay más personas disfrutando de parques, de paseos por las calles de los barrios, y pueden vender y comprar en las tiendas de las esquinas sin ninguna preocupación por su seguridad o porque el fruto de su trabajo vaya a parar a los criminales.
Todavía quedan algunos pandilleros escondidos, tratando de evadir su encuentro con la justicia, que ahora muestra su cara más adusta y respetable, con castigos ejemplares para los que asesinaron, robaron y abusaron del pueblo. Por eso es necesario mantener vigentes las medidas legales extraordinarias que fundamentan el régimen de excepción hasta completar la tarea de un país libre de maras.
El haber liberado al país de las lacras que imponían su terror permite a las autoridades ser más eficientes a la hora de enfrentar otras situaciones o de dar respuesta ante delitos. Tal es el caso de los pocos homicidios que se han reportado en el año, que son investigados para llevar prontamente a los culpables ante los juzgados.
Muchas denuncias presentadas por los ciudadanos en las redes sociales reciben respuesta inmediata de las autoridades, que investigan y capturan a los responsables. Esta semana, por ejemplo, vimos que la PNC capturó, en cumplimiento de una orden de detención emitida por la Fiscalía, al acusado de enviar al hospital con una fractura de cráneo a un joven con el que tuvo una discusión durante un partido de fútbol.
Una mujer también fue capturada después de que los padres de un niño mostraron videos en los que se evidenciaba que maltrataba al menor de edad en lugar de cuidarlo, que era para lo que la habían contratado. Maltratadores de animales domésticos también han sido detenidos después de que se mostraron sus abusos.
El Gobierno actual tiene el firme propósito de transformar a El Salvador en un país seguro y tranquilo, en respeto a las leyes. Ha sido muy efectivo desarticulando a las pandillas y a los grupos criminales, y ha demostrado no tener ninguna tolerancia contra otras expresiones de violencia, vengan de donde vengan, porque la impunidad ya no tiene cabida en esta nación.