Es de habla pausada y tranquila. Se llama Jeffry Newberger, tiene 41 años y es el nuevo director de la Orquesta Sinfónica de El Salvador (OSES). El gran ensamble musical inicia mañana su temporada 2023 con obras de Aaron Copland, Ottorino Respighi, Gioacchino Rossini, George Gershwin y Hugo Calderón (salvadoreño). La entrevista fue en el escenario del Teatro Presidente, en la sección de violines, porque el maestro es experto en ese instrumento.
¿Cuándo se entera que usted va a ser el nuevo director de la sinfónica?
Me reuní con la ministra (Mariemm Pleitez), la diputada Callejas, el director de Artes (Salvador Vásquez) y me falta uno más, en diciembre, en el ministerio (de Cultura) y era para preguntarme si quería iniciar el año (2023) como director de la orquesta sinfónica. Les contesté con todo mi corazón y fue una noticia excelente porque fue antes de vacaciones, era Navidad, el cumpleaños de mi esposa, nuestro aniversario de boda, entonces, fue un buen regalo de todo. Me alegró bastante tener esa reunión, de iniciar con algunos planes para la orquesta, aunque inicié directamente después de vacaciones, el 3 de enero, con reuniones de trabajo.
Imagino que es intenso todo lo que hay que preparar.
Sí, en mi maestría, mi maestra nos dijo que, realmente, el trabajo de un director de la música el ensayo es como un quince por ciento y hay mucho trabajo que existe afuera del escenario, afuera del ensayo. Hay mucha planificación del repertorio, planificar con los funcionarios del ministerio, los administradores. Entonces, el director no solo es un músico, es el encargado de la planificación, por ejemplo, en el equipo tenemos un copista y un archivista. Si hay repertorio que no tenemos en físico, nuestro copista realiza las partituras. Si tenemos una partitura completa, debemos tener copias para todos. En este de programa «La obertura cubana», de Gershwin, no teníamos todas las partituras en físico, entonces, yo tenía que solicitarle a él que realizara algunas partituras. Con el archivista hay que comunicarse con anticipación, preguntarle si tenemos repertorio en nuestro archivo y él está encargado de distribuir todas las partituras en las carpetas que están en los atriles. El se encarga de las carpetas, pero yo tengo que comunicar sobre el reportorio para los conciertos, de los próximos conciertos, de la temporada. El administrador me ayuda mucho en la ejecución de todo, especialmente con temas de contratos, derechos legales, es bien aburrido, pero bien importante. Cumplimos con la ley.
Es un trabajo integral ser director.
Sí, somo una institución pública, no somos una institución privada. Entonces, el rol del administrador es muy importante. Solo soy una parte, pero tengo que ser el intermediario de todo. Soy el único que comunica la intención de la música, de los compositores, organizamos los ensayos, con los músicos, con la orquesta.
Sobre los músicos, ¿cómo ha sido el proceso de integración de ellos y usted hacia ellos?, considerando que ya han tenido cuatro presentaciones con «Inspiraciones».
Súper bien. Y me ha encantado tener este primer ciclo porque el auditorio del MUNA es más pequeño y tenía que decidir un reportorio un poco más íntimo, debía dividir la orquesta y conocer a todos un poco mejor. Este grupo que tenemos para este concierto son unos 90 músicos en el escenario para «Pinos de Roma», es enorme y no puedo conocer a toda la gente. Entonces, estos conciertos de orquesta de cámara que teníamos en el museo me ofrecieron una oportunidad de conocer el trabajo de los músicos, de conocer a los músicos individualmente y sus necesidades, sus dudas y también dándoles un repertorio un poco diferente. Normalmente, cuando tenemos toda la orquesta junta hay un repertorio grandísimo y con algo más íntimo hay más responsabilidad en los hombros de cada uno, y pueden participar un poco más personal en lugar de una sección de doce primeros violines. En este caso (conciertos en el MUNA) fue de más responsabilidad y creo que también disfrutaron mucho.
Se están preparando la temporada 2023, ¿qué va a tener de diferente esta temporada?
Sin hablar del pasado, lo que siempre he querido es presentar un repertorio bien diverso, no solo repertorio tradicional de Alemania, de Francia o Italia. Entonces, en este programa he puesto una combinación de repertorio europeo, salvadoreño y estadounidense y, mayormente, es más contemporáneo. Todos los compositores, aparte de Rossini, son del siglo XX y en este sentido, para este año, es una misión de presentar más compositores salvadoreños porque, claro, somos la Orquesta Sinfónica de El Salvador, no somos la orquesta sinfónica de Centroamérica o Washington. Hay necesidades de la comunidad aquí que tenemos que cumplir y una misión mía es que necesitamos abrir nuestras puertas no solo para la audiencia tradicional, que siempre va a venir a escuchar a Beethoven, Brahms, Chaikovski, sino también para la gente que quizás quiere música popular, música de películas, música de jazz, música salsa, cualquiera. Tenemos que servir a la comunidad completa. Entonces, la expectativa es una mejor variedad del repertorio. Nuestro primer concierto del ciclo de «Inspiraciones» incluyó un estreno de Daniel Domínguez, un compositor joven, salvadoreño, y vamos a tener más estrenos, mucho más del repertorio salvadoreño y también estamos en planificación de un concierto de compositoras. Esto siempre ha sido quizás una mancha en el mundo de la música clásica que tenemos una variedad de compositoras que no han tenido su lugar.
¿Merecido?
Sí. Entonces, vamos a presentar de María de Baratta, salvadoreña; Ethel Smyth, una compositora inglesa, y Florence Price, una compositora africana-americana. Vamos a servir una variedad de repertorio porque la idea de una orquesta que solo sirve los éxitos del siglo XIX, de la época romántica, es del pasado. Tenemos una comunidad que servir que talvez no sabe que la orquesta también es para ellos. Siempre mi intención es crear conexiones, inspiraciones con la comunidad con cada concierto, con cada elección de repertorio, para conectar a la audiencia y para conectar con los músicos. Prácticamente somos embajadores de los compositores, pero para servir a toda la comunidad.
La orquesta ya se presenta en lugares, digamos, alternativos, fuera de los teatros. ¿Se mantendrá esto?
Sin hablar de temas específicos, sí es una intención. En el mismo sentido de atraer nueva audiencia tenemos que pensar, quizás, fuera de la caja y explorar lugares alternativos para conciertos. Le doy un ejemplo, en Cleveland, Estados Unidos, era un programa bien exitoso de presentar siempre los conciertos en los teatros, pero estaban llegando a bares, restaurantes o lugares alrededor de la ciudad, en locales pequeños, trayendo un cuarteto de cuerdas, pianistas, un trío, grupos pequeños.
Formando ensambles.
Sí, ensambles pequeños para presentar alternativamente. Los músicos dicen “somos parte de la Orquesta Sinfónica de Cleveland y este concierto que estamos presentando es una anticipación o como un preludio para el concierto sinfónico”. También, más cerca de mi corazón, en Washington, yo viví en Washington 20 años antes de mudarme aquí, la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington siempre, cada mes prácticamente, toca un concierto en una parte diferente de la ciudad que, quizás es difícil llegar al Kennedy Center para un concierto, entonces, van a un auditorio de una escuela o un auditorio más regional, quizás del sureste de la ciudad, para presentar a gente que, probablemente, no iba a ir al teatro. Quizás los teatros les intimidad o algo así.
O son inaccesibles por los precios.
Sí, son inaccesibles también. Entonces, creo que es parte de la misión de romper esas fronteras. Yo pienso que el mundo de la música clásica crea esas fronteras por sí mismo, pero somos nosotros quienes necesitamos romperlos.
Es acercar la música a la gente.
Sí, y es creer lo suficiente en nuestro producto para poder presentarlo apropiadamente en cualquier lugar, en cualquier momento, a cualquier gente.
Por eso me habla de incluir piezas contemporáneas, de compositoras y géneros musicales como jazz, salsa.
Sí, en este programa (temporada 2023), por ejemplo, la obertura de Gershwin («Cuba overture») incorporó instrumentos musicales de percusión tradicionalmente cubanos y cuando era estrenado Gershwin decidió poner los instrumentos enfrente de la orquesta como solistas, aunque no eran solistas, pero para tener algo visible para la audiencia, para disfrutar. Sus ritmos son siempre de música tradicional cubana, como rumba. Originalmente, el título de la obra fue «Rumba», nada más. Y esto es siempre intentando, quizás, cruzar las fronteras de repertorio; pero como orquesta siempre vamos a presentar las obras de Brahms, de Beethoven, de Shostakóvich, de todo ellos. Pero esto es solo parte de la misión, parte de la audiencia y si no intentamos cruzar las fronteras y presentar algo diferente, servir a toda la gente, estamos, quizás, atrapados en el pasado.
Ya se han hecho fusiones en las presentaciones, por ejemplo, la orquesta con elencos de danza y ballet, ¿se mantiene esto?
Sí, este año tenemos varios planes de incorporar la orquesta junto con ballet y con el coro. Una gran presentación sería «Carmina Burana», de Carl Orff. Originalmente fue para orquesta grande y coro y solistas cantantes, pero también vamos a presentar con ballet. El escenario que tenemos aquí (Teatro Presidente) no es suficiente, entonces, tenemos que planificar súper bien para poder hacerlo dentro del espacio, pero es algo que me emociona, me anima mucho. Sí, es un gran proyecto, pero tenemos problemas de espacio. ¡Pero qué chivo sería de hacerlo! Y si necesitamos resolver problemas de espacio, hagámoslo. .
He visto conciertos en Europa donde utilizan los parques públicos para conciertos. Lo adecuan todo y lo hacen de forma masiva, ¿llegaremos a ese nivel?
Vamos a ver. Sé que el año pasado hicieron presentaciones frente al Teatro Nacional.
Pero es pequeño allí, yo hablo de conciertos masivos.
¡Sería chivísimo! Vamos a ver, no voy a quitar nada de la mesa. Todas estas ideas son para mí absolutamente posibles y siempre con la visión correcta. Pero sí, cualquier cosa para atraer la audiencia, o sea, toda la gente salvadoreña.
Ya para cerrar, la orquesta estuvo cumpliendo recientemente 100 años de existencia, y con todo esto que me platica, definitivamente hay un giro en la historia. Vamos a tener una orquesta completamente diferente.
No vamos a tener una orquesta completamente diferente. Realmente la orquesta no cambia, solo la manera en que presentamos. Los roles de los músicos no cambian y el trabajo no cambia, seguimos bien dedicados a la visión artística, a la ejecución, a todos los detalles de cada músico, de articulación de los violines, del arco; de (instrumentos) de viento, de formación de sonido. Cada uno de los músicos, el trabajo no ha cambiado, el trabajo sigue el mismo. Sí, vamos a tocar muchos más conciertos tradicionales y con repertorio tradicional; pero con una mejor variedad de repertorio, siempre buscando posibilidades de cruzar fronteras y también de incorporar con otros elencos.
PERFIL
Músico dinámico y versátil, que ha desempeñado cargos de director de orquestas sinfónicas, violinista profesional, educador y tenor. Cuenta con una amplia experiencia en conciertos de música con orquestas, ensambles de cámara, ópera, teatro, coros, cuartetos y música popular. Es pedagogo desde el 2004.
EXPERIENCIA MUSICAL
Sistema de Coros y Orquestas Juveniles, Ministerio de Cultura. Jefe de Ensambles y director de la Orquesta Sinfónica Juvenil Nacional. Octubre 2021 a la fecha.
Apollo Orchestra. Director asociado. Septiembre 2010 a marzo 2020, Washington, DC, EE. UU.
Trinity Chamber Orchestra. Director asociado. Enero 2010 a noviembre 2019. Bethesda, MD, EE. UU.
Director Independiente. Enero 2010 a la fecha.
Violinista independiente. Octubre 1996 a la fecha.
Iglesia Católica de St. Stephen Martyr. Líder de la sección de tenores. Enero 2006 a octubre 2020. Washington, DC, EE. UU.