El Firpo le tiene contadas las plumas al Águila. Los toros aprovecharon que los migueleños llegaron con la pólvora mojada para calcinarlos en el estadio Sergio Torres Rivera. Los usulutecos sumaron su cuarta victoria sobre los migueleños en los últimos cinco enfrentamientos.
El Águila estuvo lejos de su mejor versión. No ofreció fantasía ni un concierto de pases, pero con las facilidades que otorgó la media y la zaga taurina al inicio pudo haber liquidado el juego en la primera media hora. Cuatro ocasiones claras tuvo el cuadro naranja y negro antes que el cronómetro se devorara el minuto 21.
Recién entraba la pelota en juego cuando Alexis Maravilla tumbó a Kevin Melara en el área. El silbante no dudó en decretar el penalti, y Carlos Salazar, en el 4′, telegrafió el tiro y voló justo el meta, Wilberth Hernández, para ahogar el grito de gol a los emplumados.
El ariete cafetero tuvo la chance de la revancha en el 14′, pero falló un gol cantado, e igual volvió a perdonar en un mano a mano frente al arquero local, en el 16′. Sobre los 22 minutos la ocasión fue para Santos Ortiz, pero desperdició la chance.
Hasta ahí, en ofensiva los usulutecos solo habían fraguado una llegada de Styven Vásquez, pero el gol lo tenían en recámara y llegó en una incursión por izquierda de Víctor García que entró solo y fusiló a Rafa García con disparo colocado en el 35′.
La fiesta de la hinchada anfitriona en las gradas alcanzó para una canción. Les bastó a los emplumados un desborde por derecha para que Dustin Corea cerrara la pinza y convirtiera el 1-1, en el 38′. El tiempo restante de los primeros 45 minutos se fue sin nada memorable.
Los primeros 15 minutos del complemento pintaron sosos hasta que Firpo se acordó que era local y se plantó en ofensiva. A partir de ahí comenzó merodear el área rival y la recompensa fue que Diego Flores sacó un riflazo (63′) y decretó el 2-1 para el deleite local.
En los 25 minutos finales, Ernesto Corti mandó hombres de corte ofensivo como Gerson Mayén, Dixon Rivas, Kevin Reyes y Ronaldinho Caicedo, pero ya no fueron capaces de penetrar el corral a los toros.