Durante el fin de semana, el mundo vio con sorpresa e indignación los ultrajes cometidos por una banda de terroristas contra civiles indefensos en lo que se ha querido justificar como una acción de guerra legítima. El conflicto palestino-israelí es sumamente complejo como para simplificarlo en un editorial, pero lo que no es justificable, bajo ningún punto de vista, son las violaciones masivas, ejecuciones y otro tipo de ultrajes cometidos por militantes de Hamás contra civiles israelíes e incluso de otras nacionalidades que participaban en un festival musical por la paz.
Para varios gobiernos, Hamás es considerada una organización terrorista por los métodos utilizados en la que dice ser su lucha para defender los derechos de un colectivo. Hay un legítimo reclamo de parte del pueblo palestino para poder tener un Estado y Gobierno propio, para lo cual requiere un territorio sobre el cual ejercer soberanía. Sin embargo, los ataques terroristas nunca han sido la solución de los conflictos, sino la causa para aumentarlos.
La última barbarie de este grupo criminal ha sido la amenaza lanzada de ejecutar a los cientos de ciudadanos que tomó como rehenes, entre los que no solo hay militares israelís, sino niños, adolescentes y adultos mayores, todos civiles.
Este secuestro masivo, del cual quedó constancia en múltiples videos que fueron difundidos en redes sociales desde el instante mismo del inicio de la ofensiva, había avivado los temores de un canje de prisioneros con Israel. Sin embargo, la realidad se vuelve más macabra y no hace más que confirmar el carácter sádico y bárbaro de esta organización.
Los representantes legítimos de Palestina han tenido décadas de luchar para hacer valer su derecho a existir como pueblo, lo que les ha merecido reconocimiento y solidaridad internacional, además de condenas y múltiples llamados de atención a las políticas de Israel.
Diversos gobiernos, entre los que se cuentan la República Popular China, han hecho un llamado a deponer las agresiones e instalar una mesa de diálogo para buscar soluciones permanentes en lo que ha sido un conflicto en el que se han involucrado generaciones completas y que requiere la toma de decisiones difíciles, pero acordes al derecho humanitario internacional y el pleno goce de derechos humanos para todos los habitantes de ese territorio.
Mal favor le hace a la causa palestina que exista un grupo fanático que utilice métodos terroristas para darse a conocer.