Mario Sierra es un mago que vive en Ahuachapán y ha viajado por el mundo gracias a que aprendió este arte. Comenzó en 2009 con tutoriales de YouTube y luego viajó para formarse como artista en Costa Rica.
«Para mí, la magia es vida», comentó el mago Sierra, cuando se le preguntó qué significa para él este arte.
«Ya no soy la misma persona normal, ahora soy un artista porque hago magia. Yo siempre digo que me encontré, porque en 2017 busqué una escuela de magia y fui a Costa Rica. Esperé ir a aprender trucos de magia, pero, en realidad, mi profesor me inculcó mucho la psicología de la ilusión, cómo tratar a las personas y cómo encontrarme conmigo mismo», expresó.
Aseguró que dedicarse a la magia le ha generado prejuicios, pero con el tiempo ha roto estigmas, ya que detrás de cada espectáculo hay una formación académica.
«Elegí el camino del artista, casi nunca lo explicó, me gusta aclarar que soy un mago no un brujo, como a veces piensan. Antes me molestaba, ahora ya no. Hoy hago bromas sobre que soy un brujo moderno. Ahora soy alguien que logra conectar con las personas y ellas lo disfrutan», relató.
Sierra también es licenciado en Mercado y Negocios, y se describe como un hombre inquieto y amable al que la magia le ayudó a encontrarse con una faceta de su personalidad que considera que es la real, porque transmite emociones. Ha cambiado el estado emocional de las personas cuando se divierten con sus «shows».
El artista mostró su satisfacción porque ha recorrido el mundo haciendo magia.
En 2018 representó al país en la Universidad de Economía de Praga, en República Checa, y recordó que habló de El Salvador, y su tema principal fue cómo sobrevivir en el país más violento del mundo a través del arte, porque en ese entonces, a pesar del su talento, nadie reconocía a un salvadoreño, más que por las pandillas, expresó el mago.
También asistió a los «shows» de grandes magos, entre ellos Jorge Blass, en el festival de Madrid, en el Teatro Price (España) y a David Copperfield, en el casino de Las Vegas (Estados Unidos), este último es uno de los más reconocidos en el mundo. También ha viajado a otros países de Sudamérica.
Se mostró emocionado porque en sus próximos viajes, que representará al país, hablará de su país con orgullo, reconociendo el talento que existe y los cambios en la seguridad.
«No digo que soy un mago reconocido, pero puedo asegurar que después de la pandemia no he dejado de trabajar haciendo magia; ahora con la seguridad del país, mucho más, porque voy a lugares como La Campanera, y antes por las pandillas no entraba», expresó Sierra.