Era París de 1987 cuando Alfredo Milián Jeréz, un economista y artista salvadoreño, visitó al maestro de las letras y premio Nobel de Literatura de 1982 Gabriel García Márquez. Su propósito era único: mostrarle un portafolio que había creado con la inspiración de una de sus obras más conocidas, «Cien años de soledad».
«Gabo me recibió en su apartamento con su esposa. Debo decir que me sorprendió su cortesía y hospitalidad. Seguidamente, me invitó a tomar un café y me preguntó el motivo de mi visita, a lo que agradecí su hospitalidad; prosiguiendo a darle una breve explicación de mi persona, de ser un artista salvadoreño y gran admirador de su literatura, que mi propósito era mostrarle un portafolio de ilustraciones de mi autoría sobre “Cien años de soledad». De inicio me dijo que sabía del proceso político de El Salvador y que mucho admiraba mi país», recuerda el migueleño.
Como artista, recuerda que su interés en representar la obra de Gabo se debe al realismo mágico de la narrativa con la que se describen diversos hechos, los cuales tienen similitud o se aplican a su pueblo natal, San miguel.
«Al ver el título del portafolio mostró sorpresa y me preguntó la razón de por qué haberlo hecho. Le respondí, con la mayor sencillez, que había leído su obra y que me había fascinado con ella, y que como latinoamericano me identifiqué. El portafolio contiene las imágenes y también el texto literal que corresponde. Me di cuenta que, con dificultad, recordaba los textos. De pronto, me detuvo y me pidió disculpas diciendo que había escrito su obra hacía muchos años y le costaba recordar los pasajes; sin embargo, se deleitó con los grabados, preguntándome que técnica utilicé para hacer las imágenes», comparte.
Asegura que recurrir a la litografía fue, para él, lo más idóneo. Además, considera que es lo más apto para el dibujo.
La exposición en el MUPI
Los cuadros que le fueron presentados a Gabo, en París, ahora se exponen en el Museo de la Palabra y la Imagen (Mupi), en San Salvador. La exhibición lleva por nombre «Querido Gabo» y da paso a diversas jornadas culturales donde se desarrollarán talleres con niños y visitas guiadas, sobre todo de escolares.
«Hacemos grupos de 15 o 20 niños y niñas, y les decimos qué quieren hacer. Les proponemos hacer algo creativo de escritura, contar historias fantásticas de las abuelitas, porque siempre la familia de uno tiene una historia mágica, o hacemos pinturas, todo inspirado en la obra de García Márquez. Otro componente muy importante de este esfuerzo es generar la lectura en las nuevas generaciones, salirnos un poquito de los celulares y leer», manifiesta Carlos Henríquez Consalvi, director del Mupi.
Cada una de las 15 litografías presenta una escena de lo sucedido en el pueblo de Macondo, junto a la imagen se ha colocado un pequeño fragmento que describe la imagen.
«Alfredo Millán Jeréz hace una exploración de cada uno de los momentos más dramáticos, más intensos, donde el amor es un eje transversal en toda la exposición, y cada pasaje lo representa tanto en la litografía como en el texto. Todas son en blanco y negro, excepto la de Mauricio Babilonia donde están las mariposas amarillas que es como lo más emblemático de la novela», explica Consalvi.
Asegura que durante el recorrido de la muestra se aprecia un ejemplar autografiado de «Cien años de soledad» que perteneció a Rafael Arce Zablah, joven universitario que escribió la obra «El grano de oro» y quien falleció cuando comenzaron los enfrentamientos armados en los años ochenta.
También se encuentra el primer libro del museo «La terquedad del izote», publicado por la editorial Diana, en México, gracias a las gestiones que Gabriel García Márquez realizó. «El libro fue y es gracias a Gabo porque fue un gran amigo de El Salvador», apunta el director.
La exposición se inauguró el pasado 15 de febrero y estará abierta hasta el 15 de abril. Si desea una visita guiada puede coordinarla escribiendo al correo [email protected].
Alfredo Milián Jeréz es economista y artista originario de San Miguel. Fundó la Galería Pandora y es promotor cultural. Se formó en artes plásticas en México y Estados Unidos. Ha incursionado en técnicas de grabado, litografía y xilografía.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ Y SU OBRA
Escritor y periodista colombiano, ganó el premio Nobel de Literatura en 1982. Consagrado como un maestro de las letras, es la figura fundamental del llamado boom de la literatura hispanoamericana. Su primera novela, «La hojarasca», fue publicada en 1955.
En 1967 logró que una editorial argentina publicara la que se constituye como su obra maestra y una de las novelas más importantes de la literatura universal del siglo XX, «Cien años de soledad».
La novela recrea, a través de la familia Buendía, cómo transcurre la vida en el pueblo de Macondo. Aunque todo se trata de ficción, los escenarios que se presentan en el texto provoca que los lectores los relacionen con algún lugar específico de Latinoamérica.
A lo largo de un siglo, la familia Buendía entreteje su destino por medio de hechos fantásticos en una narración donde reina el realismo mágico, lo cual envuelve al lector desde sus primeros párrafos.