En estos días, iniciando un nuevo año, son muchas las personas que comienzan a descubrir que sus reservas de ahorros no han crecido de acuerdo con lo planeado, o en algunos casos ha decrecido o ha desaparecido lo que ya se había logrado guardar.
«No me alcanza lo que gano», «la situación está mal», «es que a uno no lo dejan trabajar bien» o «en este país no se puede vivir bien» suelen ser algunas frases que se escuchan cuando llegamos a evaluar en esta época del año entre lo que habíamos planificado a fines del año pasado o a principios de este año (cuando se hace la famosa lista de propósitos: bajar de peso, programar vacaciones, enganchar la casa, ahorrar un porcentaje de mis ingresos), y lo que realmente estamos alcanzando, y solemos sacar a relucir frases de justificación o en el peor de los casos de queja. ¿Qué hacer para identificar el porqué de esa diferencia?
La definición de falla se puede decir que es la diferencia entre las expectativas y los planes que se realizan y los resultados obtenidos al final. Esa brecha entre lo esperado y lo alcanzado es lo que se debe analizar. En algunas ocasiones, nuestras expectativas pueden ser muy altas y estar fuera de tiempo o de nuestra realidad basados en decisiones más emocionales que racionales (¿recuerda el esquema de decisiones que le compartimos en una edición anterior llamado COMAL?) y debemos ajustarlas buscando consejo a escala personal con mentores de confianza o a escala organizacional con asesores y especialistas en estrategia, aprendizaje y planificación.
Por otra parte, nuestros resultados puede que no hayan sido del todo satisfactorios por razones que están fuera de nuestro control. Sin embargo, si se tienen contemplados los planes y las vías alternas se pueden mitigar esos tipos de riesgos y «rodear» el problema. Sin embargo, la mayor parte de las veces son situaciones sobre las que podemos tener incidencia, las que no nos permiten ser totalmente efectivos en nuestra ejecución, pero es más fácil buscar a quién culpar que decidir gestionar nuestros cambios de manera efectiva.
Si usted quiere llegar al próximo fin de año con MUCHO que agradecer y MUCHO que administrar no olvide que antes de poder manejar más de lo que ahora maneja, debe comprometerse a tomar acciones correctivas, innovadoras y propositivas en lo que ahora pudiera parecerle que es POCO.
Recuerde el principio eterno que Jesucristo nos enseñó en Lucas 16:10, donde dice: «El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho».
Pero entonces, se preguntará: ¿qué es lo poco en lo que debo ser fiel primero? Permítanos compartirle nuestro modelo de toma de conciencia de la realidad actual para que pueda comenzar el proceso.
P Sea fiel en lo PEQUEÑO, ¿qué tanto cuidado tiene con los detalles de esos gastos que repite constantemente? ¿Hay alguna forma de optimizar esos «gastitos» y eliminarlos o reducirlos?
O Sea un extraordinario administrador de lo ORDINARIO en sus actividades diarias. ¿Qué puede hacer para que se vuelvan apasionantes y le generen rentabilidad en satisfacción, ingresos o resultados?
C Lo que es COMÚN para todos no necesariamente es lo Óptimo o lo bueno de los recursos que hoy tiene a su alcance. ¿Qué puede crear, ofrecer o reinventar para que le genere algún ingreso, le ahorre tiempo o le permita definir nuevas formas de crecimiento y aprendizaje positivo?
O Encuentre cuál es su propósito en la vida y cuáles son las formas de OPTIMIZAR lo que ahora tiene.
No olvide que usted nació con un propósito trascendental y exclusivo para usted, en ese diseño no tiene nadie más la capacidad de decidir sobre su cumplimiento que usted mismo. ¿Cuáles son los fundamentos sobre los que construye su existencia? ¿Los cimientos sobre los que construye su diario vivir son los adecuados? Recuerde que tarde o temprano tendrá que dar cuentas sobre la forma en que vivió su vida y cómo aprovechó los recursos que le fueron dados: su cuerpo, el conocimiento, las experiencias, las personas que conoce o puede conocer y las oportunidades que se le han presentado, o que usted mismo puede propiciar. La mayor parte de las veces no se trata de falta de recursos sino de falta de recursividad, busque consejo y anímese a pensar en MUCHO.