En la actualidad, El Salvador se posiciona como uno de los países que mejor ha manejado la pandemia provocada por la COVID 19, ya que no se ha visto obligado a entrar en confinamiento por la nueva variante, o por el aumento de la cifra de contagios y muertes a escala global. Desde un inicio, a escala internacional no se preocuparon por la enfermedad, pensaron que eso era un problema de China y que no pasaría a más, y que con los primeros contagios era algo que aún se podría manejar. La mayoría de países siguieron con sus labores cotidianas, con los primeros casos confirmados, pero tarde se dieron cuenta de que en menos de dos semanas el sistema de salud general había colapsado.
Pero ¿qué es lo que marcó la diferencia? Desde un inicio, El Salvador se preparó antes de que llegara el virus a Latinoamérica, ya que este puso restricciones de vuelo y limitó las actividades laborales, se confinó tras el primer caso confirmado de coronavirus; también se preocupó con todos los sectores, en especial con los más vulnerables. A pesar de haber heredado un sistema de salud precario, donde no se contaba con materiales tan básicos como guantes, mascarillas y batas, el personal médico y de primera línea prácticamente estaban desprotegidos.
Con las restricciones se anticipó y se comenzó a construir el Hospital El Salvador, se habilitaron centros de contención para evitar un colapso en el sistema de salud. Por otro lado, también se preocupó por la seguridad alimentaria para que no faltara la cesta básica en los hogares salvadoreños, tras el confinamiento se suspendieron el pago de los servicios básicos y crediticios, se destinaron el primer mes $300 a la población de mayor vulnerabilidad económica, designando dicho monto a un miembro por grupo familiar.
Estas medidas contribuyeron a reducir el número de contagios tras la habilitación de la fase I y II del Hospital El Salvador. A su vez mantuvo los proyectos de seguridad pública e infraestructura. Después del confinamiento, el Gobierno afrontó un nuevo reto: la emergencia económica global, que cabe mencionar que desde un inicio desarrolló programas para apoyar al sector empresarial pymes, mediante el subsidio para pagar la planilla de sueldos y el otorgamiento de créditos para capital de trabajo por medio de Firempresa-Bandesal. También se ha preocupado por apoyar a otros sectores de la economía, tales como trabajadores por cuenta propia del área informal, artistas, etcétera. El reto que asume ahora la presidencia tras haber inaugurado la fase III del hospital es inmunizar a los más vulnerables, y progresivamente inmunizar a la población en general.
A pesar de las acusaciones e intentos de golpes de Estado fallidos por parte de los opositores, el Gobierno defiende su libertad y hace valer sus derechos. Es por ello que tiene más del 97 % de aprobación de la población y la admiración de la comunidad internacional. Sin embargo, el país sigue afrontando problemáticas heredadas de los gobiernos anteriores, pero con ayuda de la nueva Asamblea Legislativa, El Salvador será un referente de desarrollo regional.