El Salvador ha logrado reducir la migración irregular de salvadoreños gracias al trabajo del presidente Nayib Bukele y su Gobierno, al afrontar las dos causas principales que generan la migración irregular: la inseguridad y la falta de empleo. Tengo el privilegio de participar en el Tercer Foro Internacional de Estadísticas Migratorias IFMS 2023, que se desarrolla esta semana en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en Santiago de Chile.
Este foro internacional es organizado por las Naciones Unidas a través de la División de Estadística y Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (ONU DAES), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y representa la mayor plataforma de discusión sobre las estadísticas de los fenómenos migratorios a escala mundial.
Acudí a esta convocatoria representando a la región centroamericana como presidente de la comisión de relaciones exteriores y migración del Parlamento Centroamericano, cargo que ostento desde el 22 de noviembre de 2022 y en el cual he propiciado el abordaje de la temática migratoria por medio de la organización del Primer Foro Regional de Protección de Derechos y Migración Circular, en el marco del Día Internacional de la Persona Migrante, en diciembre de 2022.
En la primera jornada de debate en Chile compartí la actual situación de la migración irregular proveniente de El Salvador, señalando que el país se mantiene con el porcentaje significativamente más bajo de personas que migran de forma irregular hacia Estados Unidos, en comparación con el resto de los países de la región y México.
Remarqué las cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. (CBP, por sus siglas en inglés), que reportan las detenciones en la frontera sur. Los salvadoreños representan tan solo el 2.7 % de los encuentros con los agentes federales, un número que ha disminuido en los últimos dos años, al compararlo con 2019, cuando El Salvador obtenía un porcentaje de 8.5.
Eso es inédito. En octubre ni siquiera estuvimos entre los 10 primeros países que buscan como destino Estados Unidos.
En las deportaciones provenientes desde Estados Unidos, El Salvador fue solo el 3.39 % del total de los 249,198 deportados de 21 países de Centro, Sudamérica y las Antillas, así como de países asiáticos, desde China, Filipinas a Turquía. Y hay que agregar que el flujo migratorio de El Salvador crece en menor proporción (-11.21 %) respecto al ritmo del resto de los países juntos
(+30.94 %).
Durante marzo de 2022, unos 8,467 salvadoreños fueron deportados de la frontera sur y de la frontera norte de los Estados Unidos, según la CBP. La cifra es menor respecto a las 9,537 que fueron deportadas en la misma fecha de 2021.
Si vemos al pasado, a lo largo de las décadas, varios millones de centroamericanos han buscado oportunidades, refugio y estabilidad, especialmente en Estados Unidos, impulsados por una combinación de factores que incluyen economías en dificultades, violencia, gobiernos corruptos y el deseo de reunificarse con familiares que emigraron en períodos anteriores, o de encontrar un trabajo que sustenta a la familia. El Instituto de Política Migratoria (MPI, en inglés) estima que aproximadamente 1.9 millones de inmigrantes no autorizados de Centroamérica residen en Estados Unidos a partir de 2018, lo que representa aproximadamente el 17 % del total de 11 millones de inmigrantes no autorizados en el país.
En 2018, los principales países de origen de inmigrantes no autorizados de Centroamérica fueron El Salvador (750,000), Guatemala (588,000) y Honduras (402,000), según el MPI.
En Chile planteé que el decrecimiento de la inmigración salvadoreña hacia Estados Unidos se debe a la mayor estabilidad en el Gobierno y a la seguridad pública tras la política del presidente Bukele en contra de las pandillas. Decisiones políticas importantes como el Plan Control Territorial y medidas valientes como el régimen de excepción brindan seguridad a todos los salvadoreños, el auge en la productividad y el empleo local en favor de la economía familiar, así como la atención en salud y educación. Todo ello ha provocado que el flujo de salvadoreños que migra por la frontera sur de Estados Unidos (EE. UU.) se reduzca.
Además, hay programas como el de migración laboral, que impulsa el Ministerio de Trabajo para dar oportunidades legales y temporales a trabajadores salvadoreños calificados en diferentes rubros.
Con estas acciones y los datos estadísticos fue un privilegio presentar la experiencia salvadoreña y sus resultados positivos como la confirmación de que el presidente Bukele y su Gobierno trabajan de forma cohesionada para frenar la migración irregular.