Enfermeras de varias ciudades de Brasil han sido despedidas de las dependencias para las que trabajaban e incluso enfrentan procesos judiciales por apropiación de bienes públicos después de comprobarse que simularon poner vacunas a adultos mayores, en un escándalo que se denomina «vacunas de aire».
En México también ya se han reportado varios casos de «jeringas vacías», pero siempre la misma modalidad. El trabajador de salud finge que administra la vacuna, pero la jeringa está vacía o ni siquiera quitan el protector de la aguja. El escándalo ha salido a la luz debido a una serie de videos tomados con alegría por los familiares de los vacunados, pero que terminan indignados cuando se dan cuenta que han sido engañados.
Francisco Alabí, el ministro de Salud, dice que en El Salvador eso no puede pasar, debido a los controles que se han implementado. Por ejemplo, dice que el equipo que aplica la vacuna proviene de diferentes instituciones -del hospital o la unidad de salud donde se administra la dosis e incluye, además, un militar- y se realiza frente a cámaras de video para evitar cualquier inconveniente.
Además, todos los frascos vacíos que contenían la vacuna deben ser devueltos al Ministerio de Salud, el cual no los desecha, para evitar que vayan a ser rellenados con cualquier otra sustancia y sean vendidos en el mercado negro. En México ya se detectaron varios casos de vacunas falsas e incluso fue interceptado un jet con falsas vacunas rusas dirigido a un importante empresario textil.
En Europa ya se han detectado numerosos embarques con vacunas falsas, que no son más que los frascos vacíos de los medicamentos legítimos rellenados con agua.