El Salvador ha batallado para salir adelante en su encomiable deseo para su población. A la luz de los resultados electorales, la población castigó a los grupos políticos reacios a atender las necesidades urgentes para enfrentar la fatídica pandemia.
El respaldo a las apuestas del sistema de salud, avaladas desde la Constitución, el Código de Salud y las decisiones oportunas «para ayer, sin esperar mañana» de la mano de la voz presidencial. ¿Cuáles han sido las decisiones claves para su logro?
Cierre de fronteras y aeropuerto limitaron el ingreso temporal del virus, hasta el primer caso por un punto ciego y los albergues que evitaron el impacto del abandonado sistema de salud. La cuarentena general, el no pago de los servicios públicos, la entrega de bonos y canastas básicas a la población fueron las justas medidas desde el Gobierno Central.
Construir un hospital que fuera «mejor que lo privado, en un país que se hace creer que lo público es lo peor» ha salvado a miles de salvadoreños.
La medida oportuna y acertada de apoyar a la mediana, pequeña y microempresa por medio de Bandesal y Conamipe.
La elaboración de protocolos de retorno a la «normalidad en medio de la pandemia» fue oportuna y atinada a la economía.
¿Y qué decir del sistema de salud?
Se montaron oportunamente las cabinas de vacunación con todos los requerimientos que dicta la OMS, un centro de resguardo de vacunas que garantizó el cuido de la cadena de frío.
En marzo, El Salvador ya contaba con 105,440 dosis de vacunas para enfrentar la COVID-19. AstraZeneca y Pfizer donadas por el Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19 (COVAX).
El Salvador comenzó la protección contra el virus para el personal de primera línea, seguido de policías, soldados, bomberos y maestros; luego, de adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
El 28 de marzo, el Gobierno anunció la llegada de un lote de un millón de vacunas provenientes de la República Popular China. El 7 de abril, el Gobierno recibió otro donativo proveniente de China con 150,000 dosis de la vacuna de Sinovac. Todas esas vacunas ascienden a un 1,255,000 dosis que posicionan a El Salvador.
El Gobierno ha logrado pasar de vacunar a 2,000 personas diarias a 50,000. El ministro de Salud, Francisco Alabi, también dijo que hasta el 14 de abril había alcanzado el 6.8 % de vacunación en el país y que esperaba cerrar el 15 de abril con un 8 %.
La fortaleza emocional y la marcada resiliencia, es decir, la capacidad de la sociedad para superar circunstancias traumáticas, como la pandemia, que hemos vivido en medio de la incomprensión política institucional, previa al 1.º de mayo de 2021.
El Salvador sigue de pie en su afán de seguir adelante, y humildemente, un ejemplo al mundo al enfrentar la pandemia de la COVID-19.
Así sea.