PCansada de tanta sinvergüenzada de la clase política saliente y recalcitrante, representada por los partidos FMLN, ARENA y su hermanito enano PDC, junto con algunos diputados corruptos del PCN que no fueron reelectos, da una señal de respiro y cierta tranquilidad.
Por años hemos venido tolerando y aguantando el comportamiento deshonesto de estos señores y algunas mujeres que, lejos de representarme como congénere, me han dado tristeza que se hayan llenado la boca diciendo que representaban a mi pueblo amado, cuando, al mismo tiempo, nos laceraban con sus acciones que iban en detrimento de las grandes mayorías.
Esta generación de políticos que termina esta legislatura se aprovechó del poder, se enriqueció a manos llenas, representó a poderes fácticos que solo les importaba lo material, se robaron el dinero que pudo servir para mejorar la salud y la educación, promovieron la violencia y robustecieron y pactaron con las pandillas, deterioraron el medio ambiente, abandonaron los bienes hídricos.
Estos políticos hipócritas y corruptos ahora salen dándose golpes de pecho y señalando al Gobierno actual de dictador. Qué más dictadores los que se van y que tuvieron a todas las instituciones de Estado cubriéndoles su corrupción. Ahora lloran y hacen sus últimas maniobras para garantizar que sus amigos se queden en el poder, como es el caso de los últimos magistrados de la Corte Suprema de Justicia, suplentes electos y algunos intentos como el de manejar un discurso de protección a la libertad de prensa, cuando todo este tiempo ellos han manejado la agenda de la información periodística que circulaba en el país, lo cual no es un secreto.
Después de hacer catarsis sobre lo que se va, analizo sobre lo que queremos para nuestro país y de eso nace esta pregunta: ¿cuáles son los cambios que esperamos de la nueva legislatura? Que se haga una limpieza y diagnóstico de cómo dejan nuestra casa legislativa, que se hagan auditorías financieras pertinentes y que se persiga a todo diputado que haya incurrido en alguna clase de delito.
Deseamos que esta nueva generación de políticos haga leyes que beneficien a las grandes mayorías, a la familia y a nuestro medioambiente, que se inicien las bases para reformar la Constitución y hacerla más justa y acorde a las realidades actuales.
Deseamos que se devengue bien el salario que ostentarán y que siempre mantengan la cordura ante la población, que sean probos y honestos.
Que mejoren su intervención en los territorios donde fueron electos y que se empapen de cada una de las necesidades que vive nuestra gente, para que se le pueda llevar una solución.
Que eviten el circo barato, pues ya estamos hartos de eso con los corruptos salientes. Queremos seriedad e integridad en la administración del poder que el pueblo les ha confiado.
Si esta legislatura se baña en la realidad que vivimos y se vuelve empática, consciente y responsable, habremos sacado nuestro billete ganador el 28 de febrero pasado.