Este lunes las autoridades sanitarias alemanas anunciaron que autorizaban la vacunación de los niños mayores de 12 años antes de terminar las vacaciones de verano, a mediados de septiembre. Justo ese día, en El Salvador se empezó a administrar la vacuna contra la COVID-19 a ese grupo poblacional.
La autorización de la vacuna para los niños no es un asunto que se haya tomado a la ligera; de hecho, tradicionalmente se han requerido muchos estudios y ensayos clínicos para demostrar que la aplicación es segura para todos los grupos poblacionales, según sus diferencias por edad, sexo o por condiciones médicas. Sin embargo, la rapidez con la que la pandemia se extendió por el mundo urgió que las naciones encontraran una forma de combatirla.
Las farmacéuticas hallaron la vacuna casi al mismo tiempo. Producto de ello, el Gobierno de Nayib Bukele logró la compra de dosis de cinco farmacéuticas. Ayer, de hecho, llegó el vigésimo sexto lote de vacunas anti-COVID-19, con 163,200 dosis de AstraZeneca. Con ello, El Salvador tiene en su territorio 9.9 millones de dosis, suficientes para vacunar a toda la población.
Sin embargo, se han cumplido los protocolos. Se empezó, como correspondía, con el personal de primera línea (que incluyó a médicos, enfermeras y a personal de apoyo, además de policías y militares involucrados en el operativo de atención), y siguió con los mayores de 80 años. Poco a poco se fue extendiendo la vacunación a más grupos etarios, hasta llegar ahora a los niños con edades entre los 12 y los 17 años.
Los ensayos clínicos todavía no son concluyentes sobre la eficiencia de vacunar a los niños más pequeños, pero será algo que podría cambiar en las próximas semanas. Ya los estudios han demostrado la conveniencia de inmunizar a las mujeres embarazadas, algo que se descartaba en los primeros meses de la pandemia.
La velocidad con la que el virus muta y se adapta es un peligro que debemos tomar en cuenta, por lo que aun con las dos dosis de las vacunas debemos continuar manteniendo las medidas de bioseguridad, como el uso de las mascarillas en los espacios compartidos, el constante lavado de manos con agua y jabón y el uso de alcohol en gel. Asimismo, hay que evitar las aglomeraciones de personas, porque el coronavirus se transmite de persona a persona por medio de estornudos o apretones de manos.
Ahora estamos viendo el turno de los niños, los más jóvenes, para que acudan a recibir la vacuna. Todos debemos recibirla, por protección propia, de nuestras familias y de nuestros amigos.