Víctor Orellana dirige una academia de gastronomía en Ahuachapán, luego de vivir la experiencia como chef profesional impartiendo capacitaciones en diversas instituciones públicas y privadas de la zona. Estudió gastronomía y se especializó en seguridad y salud ocupacional para los entornos de aprendizaje.
Este chef considera que la adaptación en esta clase de negocio depende de diferentes aspectos que inician con una expresión cultural que involucra la religiosidad, los ritos y las tradiciones de los pueblos.
«Yo mantengo el eslogan de que El Salvador es más que pupusas. La gastronomía de nosotros es muy buena. Tenemos diversidad de atoles, platillos fuertes en carnes, harinas y pastas adaptadas a un contexto salvadoreño. Nosotros les inculcamos eso a nuestros alumnos, que la gastronomía tiene su origen, pero cada quien la hace sentir propia; o sea, darle un toque de originalidad, el sazón que la haga sentir de un pueblo en específico. Eso también es aprendizaje», afirmó.
Orellana considera que en el país hay demasiado empirismo en el rubro de la cocina. Por ello, decidió incursionar con una academia, para que las personas aledañas al municipio de Ahuachapán aprendan una técnica que con el tiempo convertirán en su fuerte, hasta llegar a caracterizarse por una especialidad en comida que les dé identidad.
«Se decidió abrir esta academia en Ahuachapán para capacitar a gente que quiera incursionar en la cocina, y sobre todo porque consideramos que la zona tiene turismo. La gente puede abrirse oportunidades incursionando en este rubro», explicó Orellana, coordinador y propietario de la Academia Chef Nice El Salvador.
Lleva 12 meses con su emprendimiento y durante el período de cuarentena desarrolló las clases de manera virtual. Los estudiantes cursan 12 módulos para optar a un técnico en cocina profesional.
Tienen la oportunidad de especializarse en fondos y salsas, sopas y cremas, ensaladas, entremeses, pastas, arroces, harinas, carnes, pastelería básica, entre otros.