El Ministerio de Relaciones Exteriores ha tenido, desde 1858, la tarea de posicionar a El Salvador ante el concierto de naciones.
No ha sido hasta ahora, 163 años después, que desde la visión del presidente Nayib Bukele, nuestra política exterior ha estado enfocada al servicio de la población, especialmente nuestra diáspora.
Nuestra gente ha pasado a tener un lugar preponderante en el quehacer gubernamental, y constituyen un motor para el crecimiento y el desarrollo sostenible del país.
Por ello, el 26 de junio, Día del Diplomático Salvadoreño, me es oportuno traer a cuenta que nuestro compromiso como institución se mantiene firme, pero ahora con una visión de futuro que busca modernizar permanentemente el trabajo de toda la cancillería, lo que incluye la sede y nuestro servicio diplomático y consular.
Hoy nuestros profesionales de la diplomacia trabajan incansablemente para atraer inversiones y turismo, promover nuestras exportaciones, pero, sobre todo, para proteger y defender a nuestra diáspora.
Además, la diplomacia salvadoreña responde a desafíos globales plasmados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, impulsados en el marco de la Organización de las Naciones Unidas, bajo la convicción de que su cumplimiento favorece al bienestar de los salvadoreños.
Bajo esa perspectiva, nuestra cancillería se moderniza constantemente. Ahora con nuestros Viceministerios de Relaciones Exteriores y el de Diáspora y Movilidad Humana se responde de manera más eficaz a los retos que hemos identificado.
Para completar el esfuerzo que hacemos, tanto en la sede como en el servicio exterior contamos con un renovado grupo de profesionales verdaderamente comprometidos con El Salvador.
Desde sus respectivas funciones velan por los intereses de nuestro país, por lo que me siento muy orgullosa de contar con un equipo de trabajo tan responsable, comprometido y desinteresado en el desarrollo de la nación.
Nosotros como diplomáticos ya no respondemos a ser figuras de cocteles o reuniones improductivas; al contrario, somos agentes de cambio con ideales firmes, que buscan posicionar a El Salvador ante la comunidad internacional como un país soberano, pacífico, seguro, integracionista, garante de los derechos humanos universales y del multilateralismo, mediante la ejecución de una política exterior proactiva, un servicio exterior profesional y tecnológicamente actualizado.
Con esta nueva visión, trabajamos de manera conjunta y articulada con otras entidades con las cuales nos apoyamos para brindar a nuestros compatriotas una atención eficaz y digna.
Y con esta dinámica, nuestros diplomáticos, profesionales de alto nivel, están preparados para dar lo mejor de sí.
A nuestros diplomáticos de carrera quiero felicitarlos por su labor. Nuestro Gobierno, pero sobre todo nuestra gente, agradece su aporte en el cumplimiento de sus responsabilidades, al asumirlas con empatía y diligencia, ya sea desde esta sede ministerial, o en el servicio exterior atendiendo a nuestras comunidades de compatriotas.
Los saludo fraternalmente y felicito a los diplomáticos y diplomáticas de El Salvador en esta conmemoración que rinde un merecido homenaje a esta noble labor.