Sin la preocupación de ser amenazados por pandilleros, estudiantes, docentes y padres de familia ahora pueden desarrollar sus juegos intramuros en un espacio seguro.
Esto es parte de los logros obtenidos por parte del Gobierno del presidente Nayib Bukele durante la implementación del Plan Control Territorial (PCT) y del régimen de excepción.
Para Santiago Nogales, director del Colegio Español Padre Arrupe, ubicado en Soyapango, uno los municipios que eran asediados por pandilleros, en los últimos años la seguridad es notable.
«Hay un claro ambiente de tranquilidad, no podríamos decir otra cosa sin vulnerar la verdad, está claro. Hay una llegada importante de tranquilidad en la zona, lo mejor que se puede hacer es preguntarles a los chicos y sus familias, al profesorado, y cuando les pregunto cómo están sus colonias, indiscutiblemente todas responden que están mucho más tranquilos», puntualizó Nogales.
Los 1,850 alumnos que alberga la institución residen en los municipios de Soyapango, Ilopango, Tonacatepeque y San Martín, los cuales ahora son territorios recuperados tras el régimen de excepción.
Sin embargo, aseveró que como institución nunca reportaron problemas por grupos criminales, pero dijo que eso no quiere decir que miembros de la comunidad educativa no fueran víctimas de las pandillas.
«Tenemos un control rigoroso de acceso a la institución, no hemos hecho nunca intramuros libres con la puerta abierta y que entre quien quiera. Todos teníamos claro que teníamos un altísimo nivel de delincuencia en la zona» señaló.
Los maestros también aseguran que ha habido cambios en los alrededores del centro educativo y en las colonias donde habitan. «Con la protección que brindan hoy los elementos del ejército se siente más confiado uno de salir y eso abona a que aquí [el colegio] se sienta más seguridad», agregó Pedro Turcios, coordinador del colegio.
En esta nueva realidad, los eventos como los Juegos Deportivos Estudiantiles Nacionales e intramuros se llevan a cabo en un ambiente de paz y tranquilidad.
«Antes amenazaban a nuestros estudiantes, “renteaban” a los docentes. Como toda nuestra sociedad, la escuela no escapaba del flagelo de la violencia de las pandillas. Ahora el régimen ha llegado para que con el control territorial podamos tener sociedades más libres, viviendo una verdadera independencia», explicó el ministro de Educación, Mauricio Pineda.
En años anteriores, los intramuros de las escuelas no se podían desarrollar pacíficamente debido a la rivalidad que imponían las pandillas entre los centros educativos.
Los encuentros entre escuelas de otras colonias no estaban permitidos por los grupos criminales. Así como los eventos fuera del centro educativo tuvieron que ser eliminados para no poner en riesgo la vida de la comunidad estudiantil.
«Ahora pueden compartir incluso los intramuros de los centros educativos que ellos elaboran internamente y pueden tener otras características. Los juegos estudiantiles llegan a ese espacio. Ahora podremos tener ese intercambio entre los diferentes centros educativos sin que los docentes tengan esa preocupación», añadió el ministro.
La ejecución de las medidas integrales para la recuperación de los territorios también garantiza que los estudiantes puedan tener una mejor cobertura educativa y que no se sientan obligados a asistir a una determinada institución.
Los estudiantes debían abandonar sus estudios tras ser amenazados de muerte por no pertenecer al sector donde estaba ubicado el colegio. Ahora pueden escoger el centro escolar al cual asistir, sin temor a sufrir amenazas de grupos delincuenciales.
Iliana Rivas, quien tiene tres hijos, un niño de cinco años, otro de 12 y una adolescente de 16, coincide en que la seguridad que ahora vive en su municipio no la veía desde hace años.
«Nosotros somos de San Bartolo, Ilopango, y ahí estaban los muchachos, pero ahora se los han llevado a todos. Antes no le daba permiso a mi hijo que fuera a la tienda que está cerca, por temor a que le dijeran algo, pero ahora él va solo», relató Rivas