Felipe Amaya en la portería y Javier Román en el frente de ataque fueron claves para que Dragón lograra un empate de 2-2 ante Águila, resultado que no dejó de amargar el paladar de los mitológicos, pero que aceptaron con alguna resignación.
Amaya, quien tuvo un trabajado segundo tiempo, afirmó que el empate les deja «con sabor amargo», pero también reconoce que tuvieron un rival complicado enfrente.
«Fue un partido muy difícil, muy complicado, tuvimos dos desconcentraciones atrás y nos costaron dos goles, pero igual nos enfrentamos a un equipo con buenos jugadores y teníamos que hacer un partido perfecto para sacar los tres puntos. Lamentablemente no pudimos ganar, pero no perdimos tampoco que es lo importante para nosotros», declaró Amaya.
Dragón estuvo arriba en el marcador hasta el minuto 80, pero para entonces llevaba más de media hora bajo el yugo de los anaranjados que al verse abajo en el marcador adelantaron líneas y se volcaron por la paridad frente a un rival que únicamente quiso defender el resultado poniendo barricadas en su parcela, pero no les alcanzó.
«Queda un empate con sabor amargo porque ya teníamos el resultado y sabiendo que son desconcentraciones de nosotros las que nos están pasando factura, pero igual tenemos que ver que teníamos un rival enfrente y lo importante era sumar. No es conformismo llevarse un empate, pero a irse con las manos vacías es suficiente», matizó.