Si bien bajaron el telón del primer acto con tres goles de ventaja los migueleños fueron compasivos ante un toro con poca alma, precario futbolísticamente y que se pudo llevar una goleada más escandalosa de San Miguel. Al final la pizarra terminó 6-0, pero pudo acabar, sin exageración, 9-0, si la artillería local hubiese estado más fina.
El desgano y la lipidia de la visita, la facilidad con la que Águila entraba al arco rival y el escaso público sobre las butacas y las gradas del estadio Juan Francisco Barraza dieron la impresión que más que un juego oficial se trató de un entreno vespertino, y a esto también colabora la seguidilla de goles y opiniones.
El mexicano Jahir Barraza tuvo un balón solo de soplarlo a portería en el 4′, pero erró, y al 10′ encontró su revancha en otra pelota que únicamente solo tuvo que empujar. Y luego, ni siquiera se terminaba el eco de este tanto cuando Edgar Medrano, al 11′, puso el 2-0. En adelante el huésped tuvo para servirse una goleada: perdonó Jahir y luego Medrano, hasta que finalmente el cafetero, al 26′, de penalti, decretó el 3-0 que prevaleció hasta el descanso.
En el complemento, el Águila jugó más relajado, refrescó el equipo y pareció bajar revoluciones, pero aún así le alcanzó para ampliar la cuenta a 6-0 con un doblete de Dustin Coreas (61′ y 79′) y un tanto más de Kevin Santamaría al 90′.