Distintos medios internacionales reportaron esta semana que la agencia de calificación crediticia Fitch Ratings retiró a Estados Unidos su máxima calificación de solvencia soberana, de AAA a AA+, una calificación que el país ha mantenido en Fitch al menos desde 1994.
En declaraciones a la agencia Reuters la mañana del miércoles, Richard Francis, director senior de Fitch Ratings, afirmó que se tomó su decisión de rebajar la calificación crediticia de Estados Unidos debido a preocupaciones fiscales y a un deterioro de la gobernanza estadounidense, así como a la polarización que también se reflejó en la insurrección del 6 de enero de 2021.
Se detalla que, aunque el estancamiento legislativo más reciente se resolvió, sigue siendo un posible motivo de preocupación de cara al futuro económico del país norteamericano.
«Tienes el techo de la deuda, tienes el 6 de enero. Claramente, si observas la polarización con ambos partidos (…) los demócratas se han ido más a la izquierda y los republicanos más a la derecha, por lo que el medio básicamente se está desmoronando», agregó Francis.
Fitch había advertido el 24 de mayo de que existía el riesgo de una rebaja de la calificación. Fitch califica ahora a EE.UU. AA+, un escalón por debajo de AAA, y la evaluadora mantiene una perspectiva estable sobre el país.
Por su parte, Moody ‘s Investors Service califica actualmente al soberano estadounidense AAA, su máxima calificación. S&P Global Ratings la tiene con una nota de AA+, un escalón por debajo de la máxima, tras haberle retirado su máxima nota en 2011 a raíz de una crisis anterior del techo de deuda, señaló Bloomberg.
La decisión de Fitch generó críticas de la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, quien la calificó de «arbitraria y basada en datos obsoletos».