El autobús descapotable avanza prácticamente a paso de hombre desde el predio de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), en Ezeiza, en las afueras de Buenos Aires, hacia el centro de la ciudad, según imágenes de la TV.
«Yo ya con verlos pasar es mucho. Si Messi nos mira a los ojos, a la cámara, ya está», dijo a la AFP en el Obelisco Valentín Pino, de 19 años. «Después de tanto sufrimiento, ya se consagraron!», celebró con una sonrisa.
En el centro porteño hay un ir y venir de simpatizantes con banderas argentinas por doquier. Bocinazos, cornetas, y el corear espontáneo de «Muchachos…» el hit mundialista se escucha en cada esquina.
El gobierno decretó feriado nacional para facilitar la participación en la fiesta multitudinaria.
«Voy al Obelisco porque ganó Argentina. Hacía 36 años que no ganaba. Yo tenía 6 años cuando ganó en 1986. No puedo explicar con palabras sino con emoción», dijo a la AFP Paola Zattera, una empleada administrativa de 43 años.