El presidente Nayib Bukele hizo historia al convertirse en el mandatario electo con el mayor número de votos en el país, al superar los 2.7 millones de sufragios, equivalente al 84.7% de los votos válidos. Nunca un gobernante había obtenido tanto apoyo popular.
Ayer, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirmó que Nuevas Ideas es la indiscutible primera fuerza, al afianzar 54 de los 60 diputados que integrarán la próxima Asamblea Legislativa. La bancada cian, de este modo, supera con creces la mayoría especial (45 votos, equivalentes a tres cuartos del congreso), requerida para mantener el régimen de excepción, la principal herramienta en la guerra contra las pandillas
Ha sido el combate contundente y de frente a las maras lo que ha hecho que tanto el presidente Bukele como Nuevas Ideas tengan un fuerte arraigo popular. El pueblo salvadoreño votó de manera masiva por los candidatos que garantizan que las pandillas no saldrán del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot). Votó por la paz y la tranquilidad que ha traído a El Salvador el Plan Control Territorial. El pueblo votó y ganó para que el país tenga mejores oportunidades económicas en un ambiente seguro y para que sus hijos tengan una mejor educación y estén mejor preparados para el nuevo mundo moderno.
La guerra contra las pandillas no ha sido fácil. Ha significado una dura batalla contra estructuras criminales muy bien organizadas a través de tres décadas de gobiernos de ARENA y del FMLN, que no solo les permitieron surgir y prosperar, sino que también las fortalecieron tanto con fondos como con respaldo institucional.
Precisamente por esa característica de complejidad de las maras, su capacidad de infiltrar estamentos de poder y su arraigo social (familias enteras que vivían del crimen, con alta capacidad adquisitiva y de consumo gracias a los recursos de la extorsión y otros delitos), vemos que aliados políticos de las pandillas (ARENA y VAMOS) lograron mantener presencia en la Asamblea Legislativa.
Esto valida aún más la guerra contra las pandillas. Demuestra que las estructuras delictivas, a pesar de los golpes y de tener encarcelados a más de 70,000 integrantes y colaboradores, todavía están activas, por lo que las autoridades de Seguridad Pública deben mantener e incluso aumentar sus esfuerzos para continuar con la completa desarticulación de estas.
La victoria en las urnas ha sido histórica. Y permitirá que el país avance. Sin duda, el pueblo ha ganado con el resultado.