Honduras votó ayer para elegir un nuevo presidente, con permanentes llamados a llevar el proceso en paz y sin violencia, ante los temores de confrontación al final de la jornada si alguno de los contendores rechazaba el resultado.
«Deseo hacer el llamado a todas y todos para que [el proceso] lo podamos desarrollar en paz, tranquilidad, sin temor y sin violencia. Basta a la violencia política electoral», dijo el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Kelvin Aguirre, al comienzo de la jornada.
En este proceso, que inició lento y con al menos media hora de retraso, más de 5 millones de ciudadanos pudieron votar hasta las 5 de la tarde. Los resultados se empezaron a conocer unas tres horas después.
La candidata opositora de la izquierdista Libre, Xiomara Castro, era favorita; pero el gobernante Partido Nacional (PN), de derecha, cuyo candidato es el alcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura, se benefició de una mejor organización y oportunas campañas del Gobierno para la entrega de bonos a familias vulnerables.
Los temores de fraude, algo que la oposición ya denunció en 2017, y los reportes de al menos 31 muertos como parte de la violencia política en la campaña, avivaron las tensiones. Una de las primeras en votar fue Castro.
«Deseamos que sea una fiesta cívica, en paz, en tranquilidad», dijo la candidata al ingresar a su centro de votación en el barrio de El Espino, en Catacamas, 170 kilómetros al este de Tegucigalpa.
La candidata llamó también a sus electores a no caer en provocaciones. «Van a intentar provocar al pueblo, entendemos que hay desesperación», dijo.
Los hondureños también eligieron a los 128 miembros del Congreso Nacional y a 20 representantes del Parlamento Centroamericano.