Hay fiesta en la casa de Abigaíl Suncín, una de las sobrinas nietas de Consuelo de Saint-Exupéry. Es una celebración que mezcla orgullo familiar, éxito personal, sobre todo identidad patria por el reconocido aporte mundial de la condesa al consagrarse como la Rosa que tanto amó el legendario Principito.
El festejo comenzó hace dos viernes (4 de febrero de 2022) cuando la familia de Consuelo -residente al norte de San Salvador- recibió un gran paquete por correo, remitido desde Francia.
El envío estaba dirigido expresamente para Abigaíl Suncín quien, sabedora de la gran historia de vida y el invaluable legado artístico de su tía abuela, ha escrito dos libros inspirados en ella: «La Rosa que cautivó al Principito» (2003) y «La pequeña Rosa del Principito» (2014).
Fue entre las 3:30 y 4 p. m. cuando los descendientes de la condesa fueron sorprendidos por ese paquete, aunque su sorpresa fue mayor al abrir la caja de cartón y encontrar un álbum con fotografías e historias que narran buena parte de Consuelo y una placa (formalmente llamada señalética) similar a la que será colocada en una de las calles del barrio francés de Ormesson sur Marne.
«Fue una grata sorpresa de que llegara el cartero, a través del sistema de correo de El Salvador, y la placa con el nombre de Consuelo Suncín de Saint-Exupéry, la Rose du Petit Prince», comparte con mucha emoción Érick Martínez, promotor de la asociación Le Pilote et La Rose (El Piloto y la Rosa).
En 2019 se cumplieron 75 años de la muerte del conde Antoine de Saint-Exupéry. Un año antes, el presidente de la Asociación Histórica Le Demuere, Juan Marie Gerville, propuso a la alcaldesa del distrito de Ormesson, Marie Christine Segui, reconocer la influencia de Consuelo en la obra de «El Principito» y para ello creó la Asociación Cultural El Piloto y la Rosa, donde Abigaíl fue designada presidenta honoraria.
Entre los actos se incluyó nombrar una calle en honor a la entrañable condesa -quien murió el 28 de mayo de 1979- y develar la restauración de una escultura del Principito, tallada por ella y donada a la alcaldía del barrio francés, además de diversos actos culturales.
Originalmente, las actividades serían en junio 2020 pero la pandemia obligó a suspenderlas. En junio 2021 se hizo un segundo intento por honrar a la condesa; sin embargo, el persistente embate de la COVID-19 de nuevo afectaron todo.
Para este año (2022) aún no se ha programado evento alguno, tampoco se descarta. Todo depende de si los casos de contagio se controlan y el pueblo francés retoma sus actividades, es decir vuelve a la normalidad. «No hay fecha por el repunte de casos de la COVID-19. Ya tengo el pasaje para ir y creo que otra vez voy a postergarlo», explica Abigaíl Suncín en torno al homenaje a su tía abuela.
Gran paso mundial
Abigaíl y Érick son esposos. Junto a sus hijos celebran haber recibido el «hermoso» obsequio enviado desde Francia.
Los objetos se sumarán a otros que conservan: fotografías de Consuelo cuando era niña, cartas manuscritas enviadas a sus parientes en El Salvador, fotos de los viajes que hizo la Rosa en diversos países, pinturas, el telegrama expresando condolencias por la pérdida de la condesa, incluso objetos de uso personal que dejó en sus diversas visitas el país.
Poco a poco, el patrimonio tangible de la condesa en El Salvador va aumentando, aunque nada supera la herencia consanguínea o la inspiración transformada en los libros que ha escrito Abigaíl. No menos importante fue el viaje que la sobrina nieta realizó a Francia para presentar sus obras, donde aprovechó para recorrer los lugares emblemáticos de su antepasada.
«El libro “La Rosa que cautivó al Principito” me ha llevado a personas que quieren y admiran mucho a Consuelo», compartió Abigaíl en una entrevista concedida a «Diario El Salvador» en noviembre 2020.
Por supuesto, nada se compara al «gran paso mundial» que denota el eventual reconocimiento a la salvadoreña en Francia.
«Es un gran paso a nivel mundial y también para nosotros los salvadoreños, ya que están reconociendo a una mujer salvadoreña, que fue escultora, pintora, escritora. Una mujer que venía del pueblo de Armenia y que llegó a otros horizontes acorde a sus ideales. Ella nos puede inspirar en nuestras propias vidas para alcanzar todas nuestras metas, todos nuestros sueños, y a nivel cultural es importantísimo porque nosotros, los salvadoreños, vamos a ser reconocidos a nivel cultural, intelectual», compartió hace un par de días la sobrina nieta vía telefónica.
Añade que «ella [Consuelo] contribuyó a una de las obras universales más famosas. Se dice que es el segundo libro más leído después de la biblia y eso es sumamente importante».
Por su parte, Érick se pregunta por qué en El Salvador no se ha concretado la idea de nombrar Hija Meritísima de El Salvador a la condesa. Recuerda que en legislaciones pasadas hubo una propuesta para hacerlo, pero fracasó sin que hasta ahora él pueda explicarse lo ocurrido.
«Ella fue la musa que inspiró al conde Antoine de Saint-Exupéry para escribir “El Principito” […] Todos deberíamos unirnos a esta celebración de logros formidables de la literatura», señala. El 10 de abril de 1901 nació Consuelo Suncín, reconocida mundialmente como la Rosa del Principito. Este año se cumplen 121 años de su nacimiento.