Los altos niveles de seguridad que se han registrado en El Salvador desde la llegada del presidente Nayib Bukele y la implementación del Plan Control Territorial son reconocidos nacional e internacionalmente, y también se refleja en las condiciones de vida de los ciudadanos, que ahora prefieren quedarse en su país natal y luchar desde aquí para sacar adelante a sus familias.
Durante décadas, los gobiernos de ARENA y del FMLN implementaron políticas que acabaron convirtiéndose en una máquina para expulsar a salvadoreños. La gente no solo migraba buscando mejores condiciones de vida y aumentar sus ingresos, sino que también se veía obligada a dejar todo atrás porque las pandillas le habían robado la tranquilidad y la sometían a una permanente amenaza de muerte. Los ominosos pactos que tanto la izquierda como la derecha hicieron con las organizaciones terroristas iban en esa línea, dándoles más prerrogativas a las pandillas, incluso el permiso de operar libremente en lo que llamaron «municipios santuario», una oscura política que tuvo el aval de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Ahora, gracias al Plan Control Territorial en combinación con el régimen de excepción, más de 57,000 integrantes de las maras y sus colaboradores han sido detenidos y puestos tras las rejas, devolviendo la seguridad y la tranquilidad a los barrios y las colonias.
Los efectos directos positivos son muchos: se reactiva el comercio —tanto a mediana como a pequeña escala—, hay un resurgimiento de la convivencia ciudadana en los espacios públicos y, en definitiva, la gente está más a gusto en sus hogares.
Es precisamente esto último lo que se refleja en el más reciente informe de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. El Salvador no aparece en el listado de las 10 naciones con más migración irregular, después de estar en los primeros lugares.
«Falta muchísimo por hacer. Roma no se construyó en un día, pero avanzamos a pasos agigantados», declaró el presidente Bukele en Twitter.
El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A. C., de México, elaboró un listado de las ciudades más peligrosas en todo el mundo en este año. En ese ranking no hay ninguna ciudad salvadoreña; lo que se encuentra son grandes poblaciones de México, Brasil, Estados Unidos, entre otras.
Sin duda, cada día que pasa El Salvador está más cerca de convertirse en un país libre de pandillas y en el más seguro de Latinoamérica.