El 2020 no solo ha dejado momentos trágicos que quedarán para la historia. También ha sido el año de transiciones políticas y cambios en el entorno mundial, sobre todo, en la nación más influyente de todo el mundo: Estados Unidos.
El pasado 3 de noviembre de 2020 se llevaron a cabo las elecciones presidenciales de EE. UU., las cuales se desarrollaron en un entorno cargado de tensión ideológica y en un auténtico campo de batalla entre ambos candidatos, provocado por una campaña electoral en la que predominó la acusación directa antes que los argumentos y propuestas concretas.
Una campaña electoral llena de acusaciones
A lo largo de 2020, la batalla campal Biden-Trump estuvo cargada de acusaciones que, incluso, fueron llevadas a cabo en los dos debates presidenciales que sostuvieron ambos candidatos. Los debates se desarrollaron los días 29 de septiembre y 22 de octubre. En ambos, los señalamientos directos fueron el centro de atención.
Por un lado. Biden señalaba a Trump y su administración como los culpables por la crisis del coronavirus en Estados Unidos, al mismo tiempo que traía a la memoria la intervención rusa en las pasadas elecciones presidenciales de EE. UU. de 2016, en las que Trump alcanzó la victoria por encima de Hillary Clinton.
Por su parte, Trump se enfocó en las relaciones de la familia de Biden con sus negocios en Europa y las acusaciones de que, en más de 40 años de carrera política, el demócrata no había generado mayores cambios en Estados Unidos, utilizándolo como una prueba de que Biden no estaba preparado para manejar a la nación más poderosa del mundo.
La negación de una derrota electoral
El punto final de la tensión se generó el propio día de las elecciones. Los resultados preliminares comenzaron a dar como ganador a Joe Biden, a lo que Trump respondió con acusaciones directas de un frauda electoral en su contra. Tras cuatro días de un intenso escrutinio, Biden fue declarado ganador preliminar y, rápidamente, salió al paso para dar sus primeras palabras como virtual mandatario de EE.UU.
Trump, en cambio, mantuvo su acusación de fraude y se negó a reconocer la derrota. Sin embargo, con el paso de los días, los colegios electorales iban dilucidando sus votos, los cuales se inclinaban en favor del demócrata. Fue así como, el 14 de diciembre, el Colegio Electoral ratificó la victoria de Biden con 306 votos electorales contra 232 de Trump, con lo que se oficializó el cambio de gobierno.
Días antes de la ratificación, el propio Trump había dado la orden a su equipo de gobierno para iniciar los trámites de transición de poder con el equipo de Biden, aunque sostenía su acusación de fraude, en unas elecciones que también estuvieron marcadas por las modalidades de voto por correo debido a la pandemia por la COVID-19.
En sus discursos, Biden ha señalado que abrirá las puertas a la unidad del pueblo estadounidense, así como también la posibilidad de reformas migratorias que permitan conseguir un estatus legal permanente para los millones de migrantes que habitan en Estados Unidos. La comunidad migrante, por su parte, ha señalado que esperan que el próximo gobernante cumpla las promesas realizadas en campaña.