El valor del dinero, según Jorge Valenzuela —precursor del bitcóin en El Salvador—, inició cuando cumplió 12 años al ayudar a su madre a mantener la mesa llena. A tan corta edad, le tocó asumir responsabilidades, entre estas la de proveer alimentos a su familia.
Hace 21 años, cada mañana Valenzuela viajaba un poco más de 52 kilómetros diarios entre El Zonte, en La Libertad, y el mercado mayorista La Tiendona.
«Nací en El Zonte y crecí en El Zonte. Mi historia se remonta cuando era un niño. Crecí vendiendo tomates y cebollas en el mercado ‘La Tiendona’, y cuando terminaba eso me iba a Apopa, a la Troncal del Norte a vender aguacates y fue ahí cuando aprendí el valor del dinero», contó Valenzuela a «Diario El Salvador».
Dos años transcurrieron desde que aquel adolescente visionario empezó a hacer intercambios de maíz por otros alimentos, tanto que llegó a ser de los mejores en el ‘barter’, como él le llama. Luego creció y encontró al amor de su vida: Ana Cristina Guillén, con quien procreó dos hijos. Una niña, llamada Cristina, que acaba de cumplir 14 años; y Samuel, de tres años.
PASIÓN POR LAS OLAS
La playa El Zonte es una de las más famosas en el mundo por sus aguas bravas, la calidad de sus olas, el agua cristalina y la belleza tropical que acapará el horizonte es el idilio donde Valenzuela se sumerge en su tabla para recorrer las olas desde muy tempreno en la mañana.
«Mi familia es surfista, yo soy surfista, mi esposa es surfista y mis hijos ya van por ese rumbo. El único estrés que tenemos es cuando no hay olas en la playa», aseguró Valenzuela entre risas.
A primera hora, todos los días, Valenzuela se levanta a poner el café y a ver el mar (algo que lo conforta en su día). «Para mí lo primero al despertar es poner el café y ver el mar, cuando ya me he bebido la taza de café salgo a surfear, aunque ahora con tanto trabajo no he salido mucho a recorrer las olas».
«Una de mis pasiones es el mar, pero el trabajo también es prioridad y más cuando se trata de ayudar a la comunidad. Uno debe creer y luchar por los sueños», aseguró el pionero del uso del bitcóin en el país.
UN PROYECTO DE AMOR
Hace 13 años nació un proyecto social en la comunidad de El Zonte, -algo que lo motivo desde su adolescencia-, sin tener recursos, Valenzuela junto con su esposa decidieron donar el 30 % de su salario, pese a que era muy poco la contribución llenaba de esperanza y así fue como iniciaron con: «Llenando el Tanque de Amor de cada Niño», un proyecto que apostaba por el desarrollo integral de los más desprotegidos, el único requisito ser ‘zontero’.
Aunque, la obra no se realizó por completo hasta que dicha asociación recibió un donativo de seis cifras ($1,000,000), hasta entonces, le cambió la vida a los miembros de la comunidad de la que es oriundo Valenzuela y claro está tenía que ver con la criptomoneda, bitcóin.
El único requisito era que dicha cifra de dinero, -que no era tangible- se invirtierá con los miembros de la comunidad, lo que prácticamente cambiaba la forma de pago de servicios y bienes con bitcóin. Algo que según, Valenzuela tuvo que enseñarle a los lugareños para trabajar el dinero, -economía circular-, una cadena de compras y ventas con la criptomoneda, algo en lo que no muchos creían.
EL BITCÓIN, UN DESARROLLO PERSONAL
Los años transcurrieron y Valenzuela se sumergió en el trabajo social desarrollando en su comunidad en ‘El Zonte’ trabajos y actividades que contaban con la aprobación y respaldo de Michael Peterson, un estadounidense enamorado del lugar, que contribuyó para que el proyecto cobrará fuerza, aportó fondos con bitcoines.
«Logrando el apoyo económico, pudimos brindar ayuda a decenas de familias de la zona costera, y se capacitó en la tecnología para que los jóvenes la conocieran y la difundieran a todas las familias de El Zonte», añadió Valezuela.
A la fecha Bitcoin Beach posee una lista de 21 proyectos sociales por los que trabaja para que la comunidad prospere.