Édgar Antonio Aguirre Castro tiene 41 años, es licenciado en Ciencias de la Educación y desde los 10 años practica la música: toca la trompeta y el violín.
Es originario de San Esteban Catarina, San Vicente, un municipio que tiene músicos de gran trayectoria.
Se considera estebano de corazón, pero también vicentino, y ha llevado parte de su arte a niños y a adolescentes que han llegado a aprender hasta ser profesionales.
Desde 2012 hasta la fecha ha ocupado el cargo de coordinador del Sistema de Coros y Orquestas Juveniles de El Salvador del Ministerio de Cultura.
Cuenta que su formación inicial fue en la Escuela de Música Cecilio Orellana, de San Esteban Catarina, lugar donde reside.
A los 19 años entró a trabajar en la banda de música del Destacamento Militar Número 2 de Sensuntepeque, Cabañas, y ahí logró alcanzar el grado de músico solista en la trompeta.
En 2012 creó el Sistema de Coros y Orquestas y le dio vida a la Filarmónica Juvenil vicentina, que se mantiene y que él dirige, aparte de otras iniciativas privadas en las que ha sido creador de orquestas.
En Ilobasco, conformó la escuela juvenil de la casa de la cultura. Comentó que jóvenes que estuvieron en riesgo de pertenecer a grupos delincuenciales o de caer en la drogadicción u otros vicios le han contado sus testimonios de cómo les ayudó la música, y asegura que eso lo ha motivado más a seguir con la labor que desempeña, por lo que no parará de hacer esa labor.
«Me siento muy contento con los resultados del trabajo. La mayor satisfacción es transformar vidas a través de la música. La música me ha hecho ver eso bonito de transformar vidas y sociedades a través de la enseñanza del arte», indicó el músico.