Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el mundo sigue sumido en la mayor crisis económica desde finales de la Segunda Guerra Mundial a causa del coronavirus, pero el panorama es menos sombrío, aunque si se compara hace seis meses, las cosas solo podían ir mal o peor por la pandemia.
La promesa de una pronta vacuna y la efectividad de las políticas de contención de la crisis de muchos Gobiernos, sobre todo en materia de preservación de empresas y empleos, hacen pensar que la economía global podrá, a finales de 2021, volver al menos a donde estaba en aquel 2019 prepandémico.
El organismo económico en su nuevo informe de perspectivas económicas detalló que hay una esperanza frágil y, sobre todo, desigual, en cuanto a la economía mundial, que depende del control de la COVID-19.
El secretario general del organismo, Ángel Gurría, detalló que «la vacuna ha disipado la niebla de la incertidumbre, aunque aún no estamos fuera de peligro», declaró.
Algunas de las previsiones de la economía mundial concluían que este año se tornará en un robusto 4.2 %, esta vez en positivo.
La tendencia se vislumbra desde septiembre, pero el contraste con las perspectivas del último informe global, el de junio, son abismales. Entonces, aún recién salidos los primeros países de la primera ola de la COVID-19, la OCDE alertaba de una recesión mundial en 2020 de -6 % y de hasta -7.6 % en el peor de los escenarios posibles, el de una segunda oleada.
Aunque, la entidad económica se atreve ahora incluso a poner la palabra «esperanza» en el título de su nuevo informe: Coronavirus: transformar la esperanza en realidad.
Recuperación gradual
«Lo peor se ha evitado, la mayor parte del tejido económico ha podido ser preservado y podría revivir rápidamente», dijo la economista jefa del organismo, Laurence Boone. Pero no es momento aún de cantar victoria. «La situación sigue siendo precaria para muchas personas vulnerables, empresas y países».
Las cifras corroboran esa advertencia sobria en un momento en que todo, especialmente la confianza, sigue siendo muy ‘frágil’. Y las pérdidas han sido masivas, expresó Boone durante la presentación de dicho informe.
China vuelve a presentar ventaja de 1.8 %, consagrándose como la única gran economía que no terminó 2020 en negativo y que vaticina este 2021 con un crecimiento de 8 %, logrando así, en dos años que a priori habría dominado la pandemia, casi un 10 % de crecimiento que lo pondrá por delante de otros países que apenas aspiran a volver a los niveles de 2019.
De hecho, la OCDE cree que muchos de los países seguirán en 2022 registrando un crecimiento 5 % menor que antes de la crisis sanitaria por la pandemia.
Estados Unidos por su parte, que en 2021 vivirá un cambio político con la llegada del demócrata Joe Biden que podría afectar de manera profunda a la economía mundial —sin mencionarlo, la OCDE durante los años de Donald Trump alertó de forma insistente del daño que hacían sus medidas proteccionistas y las tensiones comerciales, estrategias que se espera que revierta el presidente electo— y que el 2020 cerró con un crecimiento de -3.7 % y que debería recuperarse hasta en 3.2 % para este año.