Mientras para Dragón fue un negocio, el 11 Deportivo se quedó frustrado ante las jugadas que no terminaron en gol y esto derivó en el empate a cero.
Partido de muchas expectativas, que estuvo más cerca de jugarse en solitario. Muy por debajo de la mitad la asistencia de aficionados, a quienes el sol les complicó la tarde, pero la brisa fresca les redujo el «castigo».
El duelo fue entretenido con los dos equipos jugando por estar entre los primeros lugares. Hubo buena dinámica para atacar e intensidad en la marca, fue el trámite del partido.
En el primer tiempo, las mejores oportunidades fueron para los mitológicos, generadas por Jordi Bonilla, quienes en tres ocasiones dentro del área: una la estrelló en el larguero (15′), solo contra el portero (39′), la mandó arriba; y luego, dejando tres marcas, remató desviado (42′).
Los fronterizos reaccionaron poco en esta parte. Al cierre de esta parte, tuvieron algunas aproximaciones, pero sin ninguna claridad ante la meta mitologica.
Pero ese impulso le sirvió para ganar confianza y ser mejores en la segunda parte, con algunas aproximaciones que inquietaron y despertaron a su afición, que previo a esto había permanecido en quietud.
En una de esas ocasiones, tras una combinación por la derecha, surgió un centro que el colombiano Urrutia remató y un defensor sacó de la línea, aunque los locales exigían que la pelota había cruzado (69′). Después, un tiro libre de Julio Amaya pegó en el poste (77′).
En los minutos finales y luego de algunas variantes, Dragón reapareció en el ataque y metió en problemas. Pero el 11 tuvo la última con un cabezazo de Urrutia, que pegó dos veces en el poste y fue rechazada.