La Universidad Normal de Guangxi (GXNU), ubicada en la ciudad de Guilin, en la República Popular China, cuenta con becas para que los jóvenes de cualquier parte del mundo apliquen a diferentes carreras y especialidades.
Los estudiantes pueden adquirir este beneficio a través del Gobierno central, alcaldía municipal y en la página web de la GXNU, donde los profesores internacionales que enseñan chino también pueden solicitar una beca.
Actualmente, el centro de estudios superiores alberga a más de 30,000 estudiantes, de estos, el 80 % son de Asia y un 20 % de Europa. Asimismo, se informó que hay 350 docentes (50 de ellos extranjeros), quienes enseñan 10 idiomas.
Li Dongmei, directora de la Oficina de Cooperación Internacional e Intercambios y decano de la Facultad de Cultura Internacional y Educación de la GXNU, aseguró que el principal propósito es educar a destacados estudiantes chinos de pregrado y posgrado, aunque ahora tiene también objetivos globales.
«La universidad también acoge a un número cada vez mayor de estudiantes internacionales de todo el mundo», aseveró Li.
Mientras que Huang Wentao, vicepresidente de la Universidad Normal de Guangxi, explicó que el nombre del centro de estudios se debe a fue fundada en 1932 como escuela de profesores y en esa época se llamaban «escuelas normales» a las instituciones de maestros, como la Escuela Normal Alberto Masferrer, en El Salvador.
Las autoridades informaron que la GXNU es una universidad pública integral con 21 facultades y departamentos. Ofrece 75 especializaciones y otorga títulos de pregrado, posgrado y doctorado en una variedad de disciplinas.
Los estudiantes interesados en las Humanidades pueden considerar programas de Cultura y Educación Internacional, Lengua y Literatura China, Historia, Cultura y Turismo, Estudios Extranjeros, Educación, Periodismo y Comunicación, Marxismo, Economía y Gestión o Derecho, Política y Administración Pública.
Como la mayoría de las universidades modernas de China, fue fundada en la primera mitad del siglo XX.
Tang Songan es originario de Camboya y se encuentra estudiando una maestría en Lengua y Literatura China. Lleva siete años viviendo en el gigante asiático y destacó la cultura, tecnología y el compromiso del Gobierno para cuidar el medio ambiente.
«Hay trenes de alta velocidad y paisajes que parecen pinturas al óleo… Entre ellos, lo que más me impresionó fue el floreciente paisaje en la universidad. La escuela ofrece subsidios de comidas nutritivas a los estudiantes y eso es muy interesante», expresó el joven.