El Ministerio de Salud continuará la vacunación durante esta semana hasta el jueves 5 de agosto con las citas programadas, para que todos los que gozan de vacaciones por las fiestas patronales de San Salvador acudan.
La vacunación es un deber cívico: lo hacemos no solo por nosotros, sino también para cuidar de nuestra familia y amigos. Solo así podremos salir adelante y enfrentar con éxito la pandemia.
El trabajo del Gobierno del presidente Nayib Bukele ha sido impecable. Solo en el megacentro de vacunación del Hospital El Salvador se han aplicado más de 700,000 dosis. El Salvador, además, es el único país en la región que aplica dosis del fármaco anti-COVID-19 a los adolescentes mayores de 12 años.
Tenemos más de 9.6 millones de dosis para inocular a la mayor parte de la población. Si a esto sumamos la logística y la infraestructura adecuada, no hay ninguna excusa que valga para no vacunarse. El país dispone de medicamentos de cinco farmacéuticas diferentes, lo que explica el éxito nacional al garantizar que todos recibamos la protección necesaria.
La presencia de la variante delta es un gran reto en esta prolongada pandemia, ya que por ser una mutación muy contagiosa tiene más probabilidades de impactar a gran cantidad de personas.
Las vacunas no evitan que alguien se contagie, pero impiden que desarrolle síntomas graves que le provoquen la muerte. Inmunizarse, por tanto, es una apuesta por la vida. El ministro de Salud, Francisco Alabi, reconfirmó ayer que es la única protección contra la variante delta.
Como sociedad debemos colaborar para vencer esta dura prueba. Ya hemos demostrado que hay suficiente liderazgo político para salir adelante, por lo que ahora es el turno de los ciudadanos para unirse al esfuerzo nacional.
Cada día, más países deben volver al uso obligatorio de la mascarilla y a la vacunación de los empleados públicos. En El Salvador, la aplicación del fármaco es universal y gratuita, pero totalmente voluntaria, porque se apela a la responsabilidad individual. No obstante, un derecho como decidir no vacunarse, no se puede imponer por encima del bienestar colectivo. Por eso es que ahora para disfrutar del fútbol o de cualquier otro evento deportivo es necesario haber completado el esquema de vacunación.