Las decisiones tomadas por el gobierno hace un año, como preparación para la pandemia que venía, rindieron frutos y lograron que el coronavirus llegara más tarde al país con respecto a las naciones vecinas. Eso dio más tiempo para recuperar la infraestructura hospitalaria —abandonada tras décadas de saqueos durante los gobiernos de ARENA y del FMLN— y para articular un plan estratégico para lo que se venía.
Las acciones combinadas que se tomaron en su momento —incluyendo la cuarentena, la instalación de los centros de contención y la distribución del bono de $300 y alimentos entre la población, además de la edificación del Hospital El Salvador como centro especializado para atender a pacientes con COVID-19— son ahora medidas que han sido reconocidas como acertadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que podrían convertirse en estándar en otras latitudes.
Todas, sin embargo, son disposiciones objetadas por la oposición política y a las que bloquearon al aprobar un decreto que restringe el accionar del gobierno. El reconocimiento de la OMS es, pues, una bofetada para esos políticos que hicieron campaña para levantar lo más pronto la cuarentena, para abrir los negocios y exponer sin necesidad a los ciudadanos.
El gobierno decidió apostar por la vida y la salud de los salvadoreños, en lugar de la economía, como querían los dueños de los partidos tradicionales para minimizar la pérdida de ganancias, aunque ello significara perder a sus empleados por contagios de la COVID-19. Sin remordimiento y alejados de toda empatía, asumieron esas muertes como parte de sus balances contables, confiando en sustituir a los caídos con más trabajadores.
El último estudio que ha valorado el trabajo de El Salvador en contra de la pandemia viene de Australia, del Instituto de Lowy, que califica al país como el segundo con mejor desempeño en Latinoamérica, solo por debajo de Uruguay, y como el mejor de Centroamérica.
El Salvador es el país con menos decesos por coronavirus en la región; a pesar de los bloqueos legislativos, logró ampliar y modernizar el sistema público de hospitales y se prepara para tener lista una red de 162 módulos para administrar la vacuna contra el coronavirus.
El buen trabajo en el área de salud posiciona al país como un lugar en donde es bueno invertir, y sus bonos despiertan el interés internacional. Priorizar la vida y la salud por sobre la economía siempre fue la mejor opción, y por eso ahora empezamos a cosechar esos frutos.